Pequeña agonía.

2. Eres hijo... pero de otro.

Ahora, necesito pensar como voy a utilizar a los niñatos, lo que tengo en mente es sacarle toda la información posible. Sería de gran ayuda hacerme amiga de ellos. Sé que no son una familia "perfecta", puedo buscar todos sus secretos, sacarlos a la luz y hundirlos. Utilizaré mis conocimientos que he aprendido estos 3 años en psicología. Tengo que mencionar que amo esta carrera, no por ayudar a la gente, ni nada parecido. Me encanta como es predecible una persona, sabes su estado de ánimo, sin necesidad que digan una sola palabra, con ver sus movimientos, sus acciones, ya sabes que siente, si dice la verdad o miente. Los hermanos Corleone, serán mis pacientes.

Los dos mayores deben estar en la universidad igual que yo, esa es la ventaja de que haya una sola en el pueblo. Primero empezaré acercarme a la chica, no tengo ningún problema en fingir ser una niñita consentida que le encanta el rosa. Se ve fácil de manipular, pero algo que he aprendido muy bien, es que no hay que subestimar, menos por la apariencia, yo soy un ejemplo en carne y hueso.

-¿Cómo te les piensas acercar?- Me preguntó mi única verdadera amiga, ella sabe todo de mi. Hasta las cosas que ni me gustan recordar. Kendall es preciosa, no lo digo por ser mi mejor amiga. Su cabello ondulado rojizo, ojos verdes, piel blanca, algunas pecas en las mejillas, una silueta de modelo, su estatura de olaf. Sí, es pequeña, mide 1.62. Y su personalidad llamativa. La hacen ver hermosa.

- Quiero que nos hagamos amiga de Patti, considero que es el eslabón más débil. Tampoco me molestaría que nos acercaramos al mayor, necesitamos ganarnos su confianza, espero no sea difícil.-estábamos en una cafetería frente de la universidad. A pesar que es fin de semana, igual nos gusta venir a hablar aquí. Espero no nos escuche nadie, no podemos parecer unas acosadoras.

-A ver, si el chico es lindo, yo me le acercaría con gusto.- dijo siendo coqueta.

- Sí, es lindo, pero Kendall, no te vayas a enamorar de él, por favor.- la miré en forma de regaño, sé que no se enamoraría, pero si hablaría todo el tiempo de él y no no.

-Sabes que no me enamoro Alice, no te preocupes por eso.- sonrió, dándome una mirada tierna.

- Ese me dijiste del tal chico Lucas, y duraste como 2 semanas hablando de lo perfecto que era, que fue amor a primera vista y estupideces.-esta vez lo dije de forma graciosa, me da risa, que cada semana se haya "enamorado" de un chico diferente.

- No seas exagerada, fue sólo una semana. Además, él no está nada mal, sólo que después del fin de semana tan... atrevido, se fué el encanto.- se encogió de hombros, con una sonrisa perversa en sus labios. Solté una risita por su comentario.

-¿Cómo te a ido en clases?-pregunté con ganas de dejar el tema de los hermanos atrás, quería despejarme un rato.

-Bien, informática no es tan complicada, bueno, en parte, pero me estoy esforzan...- dejó de hablar, quitando su vista de mí.-Díos mío.-los ojos le brillaban, así como un depredador observa a su nueva presa. Ella miraba algo o alguien detrás de mí, voltee y lo ví. Estaba Víctor con 2 chicos más, y tengo que admitir que los 3 están muy bien, soy odiosa, más no ciega. Me giré y coloqué mi vista de nuevo sobre Ken, tenía que disimular, no podía ser tan obvia.

-El rubio, es nuestro objetivo.-mi amiga seguía con la mirada a los chicos. Ellos hablando entre sí y dirigiéndose a una mesa algo lejos de nosotras.-Hey, Leona, deja de comertelos con la mirada, o por lo menos disimula un poco.-Aún con su mirada puesta en los 3 modelos que acaban de llegar hace unos minutos, le tiré un pedazo de mi dona en la cara, para que reaccionara.-Puta, basta.-me reí, se asustó, dando un brinquito cuando sintió el pedacito de comida en la nariz.

-Ay, ni los estaba mirando.-las dos nos reímos. Su expresión de niña pequeña regañada, nos causó gracia.

- Limpiate la baba, tan guapos no están.-sonreí cuando ella de verdad se pasó la mano por la comisura de sus labios para limpiarse.