—¿Qué creen que hacen, par de idiotas? Suéltenme —se quejaba Kyoko mientras era sujetada de ambos brazos por un par de guardias de forma que su pies no fueran capaces de tocar el suelo.
—No te muevas, no tienes autorización para entrar al castillo —le dijo uno de los guardias.
—¿Creen que yo quiero estar aquí? El idiota de su primer príncipe es el que me hizo venir —espetó furiosa mientras trataba de zafarse del agarre de los gigantes que tenía a su lado sin la necesidad de golpearlos, eso había quedado claro en la carta, no tenía permitido usar la violencia—. ¡Ya suéltenme par de inútiles! —En un movimiento en falso hizo que la pañoleta y la capucha que traía se le cayeran dejando a la vista su pelo y rostro—. Maldición.
Los dos guardias quedaron hipnotizados por la muchacha, quien al darse cuenta, lejos de enojarse, se soltó en un rápido movimiento del agarre de ambos y cuando estaba apunto de irse antes de que la volvieran a atrapar, una voz que se encontraba detrás de ella la llamó.
—No estarás pensando en irte, ¿O sí? —dijo Izana con elegancia, haciéndose notar.
—¡Prí-Príncipe Izana!
—Como crees que me iría sin haberte saludo —habló con ironía, dándose media vuelta, dándole frente al rubio, mientras levantaba las manos en señal de rendición, más como un gesto cómico que otra cosa—. Pero has jugado muy sucio Izana, y eso no es justo —le reprochó de forma infantil apuntandolo con su dedo índice.
—Eres la primera persona que se atreve a llamarme por mi nombre, aparte de mi hermano menor.
—¿Debería sentirme honrada? —preguntó con burla Kyoko—. Dudo que te hayas tomado tantas molestias para hacerme venir hasta aquí por nada.
—Directa como siempre. —Con una sonrisa les hizo una señal a los guardias que todavía estaban allí para que se fueran, y así lo hicieron—. Acompáñame.
Sin decir más, los dos empezaron a caminar. La pelinegra caminaba con desinterés por lo pasillos del castillo con una sutil elegancia que no pasaba desapercibida por las curiosas miradas que recibía, solo se detuvieron al llegar a uno de los muchos salones que habían en el castillo, el cual estaba arreglado como una sala de reuniones.
—Supongo que es la primera vez que escoltas a alguien desconocido, eso explicaría las miradas de sorpresa de tus guardias.
—Eso no es lo importante ahora —comentó mientras se sentaba en una de los lujosos sillones—. Toma asiento.
Siendo obediente, la pelinegra se sentó en el sillón que estaba enfrente de él, siendo separados por una elegante mesa de centro.
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En busca y captura / ASH
FanfictionAprendí que el coraje no era la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él. ◤𝑨𝒌𝒂𝒈𝒂𝒎𝒊 𝒏𝒐 𝒔𝒉𝒊𝒓𝒂𝒚𝒖𝒌𝒊-𝒉𝒊𝒎𝒆◢ Donde Kyoko es llevada por Izana al castillo de Clarines en busca de su ayuda. Allí conoce a muchas p...