Capítulo 2: Pasado

350 27 0
                                    

Junio 1993

Por supuesto que Narcissa huyó, su esposo es un Malfoy después de todo, y Sirius tuvo que atar un par de cabos –mala fe, francés, mortífago– antes de dar con la nueva residencia de su prima –en Francia–. Muy ostentosa, muy Black y muy Malfoy. Tan fría como su recibimiento.

—Lárgate —saludó Narcissa, sujetando la perilla de la puerta con fuerza.

Sirius sonríe, claro que sí, Narcissa siempre fue la mujer más cómica que conoció jamás, con esas facciones estiradas en una auténtica mueca de disgusto, hablando sin abrir demasiado los labios, temerosa de que alguna arruga o mancha aparezca en su rostro.

—¿Sabes dónde está Regulus? —preguntó con voz afilada, la misma que Narcissa usaba con él, la misma que usaba con Orion Black, la misma que su madre le enseñó y que él rechazó toda su vida en Hogwarts.

—¿Regulus? —masculló como quien rechaza una sopa muy salada. Su ceja rubia apenas y se levanta un poco, Sirius eleva ambas con insistencia.

—Si, Regulus —gruñó—. ¿Sabes, o no?

—Lárgate, Black —hablaron a espaldas de Narcissa, un hombre alto, visiblemente demacrado y sangre pura, uno de los antiquísimos porque con todo y su pobre aspecto –ojos hundidos, cabello largo cubriendo parte de sus ojos y rostro— le ordena con el mentón elevado.

—Malfoy —saludó con una sonrisa burlesca—. ¿Sabes que aún te busca el Ministerio? Dudan de tu lealtad, me temo, y ningún aporte generoso será de ayuda esta vez —mencionó como quien habla del clima. Malfoy apretó los dientes y se posicionó frente a la rubia con un aire que pretendía ser peligroso.

—Si has traído a algún…

—Sólo quiero saber dónde está Regulus Black —interrumpió—. Nadie ha venido conmigo y nadie me siguió. Me iré si me lo dices, Malfoy. Me iré y no sabrás de mí nunca más.

Malfoy parece poco convencido, pero está todavía más temeroso de que alguien lo vea en el umbral de la puerta –si uno se esconde, ¿por qué vivir en una enorme y evidente fortaleza?–.

—Hace años que no sé de él —suspiró—, pero la última vez lo ví hablaba con el Señor Tenebroso sobre unas playas rocosas, cuevas encantadas, viejos relicarios y ejércitos para la guerra.

—¿Eran…. cómo misiones? —preguntó confundido. Malfoy sonrió arrogante y negó.

—El Señor Tenebroso no era como el viejo Dumbledore, Black. Eran servicios, no misiones. Y Regulus se ofreció voluntario para ir a aquellos lugares en busca de esos ejércitos —se encogió de hombros y frunció el entrecejo—. Es todo lo que sé.

Sirius asintió y comenzó a trazar nuevos mapas, ubicaciones y nombres en mente –playas rocosas, servicio, ejércitos, voluntario–; debería considerar volver, por lo menos para decirle a James que está bien, para intentar arreglar las cosas con Remus, para asegurarse de que Harry está bien, para ayudar a Lily, para despedirse de Marlene y asegurarle que nada fue en vano, por lo que sea.

Pero no lo hace.

Si tiene la oportunidad de encontrar a Regulus… tiene que encontrarlo, tal vez no sea demasiado tarde para salvarlo. La guerra terminó, Regulus pueden volver. Ambos pueden.

Un cambio en la historia (Wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora