Sabor fresa ↪ MinSung

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Minho no era imbécil, por lo menos no hasta el punto de no notar que aquello era claramente una invitación por lo que no se contuvo más, atacando los labios ajenos con los propios.

Su mano se estampó contra la pared detrás del chico mientras la otra lo tomaba por la cintura, acercándolo a su propio cuerpo. Apretó con fuerza su remera, arrugándola en su mano mientras el más bajito se pegaba a él todo lo que fuera posible, algo que no pasaba desapercibido para el otro quien no se encontraba lo suficientemente lúcido como para evitar seguir sus instintos aunque estuvieran en el depósito de una maldita heladería.

La boca de Jisung se movía con maestría junto a la suya, invitándolo a recorrer su cavidad con su lengua y a probar aquel sabor a fresa que lo inundaba. Al parecer aquel era el sabor favorito del menor y no le desagradaba para nada.

Ambas respiraciones se entrecortaban, intentando tomar aire una vez se separaron hasta que la mano de Jisung se estampó en su pecho.

Con una fuerza que no creía posible por parte del bajo, éste lo estampó contra una de las mesas que había en el lugar donde antes había algunos objetos que Minho se encargó de empujar. Su espalda baja quedó apoyada en el borde del mueble mientras el pequeño se acercaba más a él, colocando su mano sobre su abdomen antes de bajar hasta el cinturón, dando un fuerte tirón de este.

—Como dije hoy, me gustaría estar manchado de algo que no sea precisamente crema ni helado.

Con destreza se deshizo de su cinturón, bajando el cierre con una lentitud exasperante pero el alto no podía reaccionar de ninguna manera.

La mirada anhelante del contrario estaba atenta a cada una de sus expresiones y le quemaba por dentro, lo encendía de una manera que no podía poner en palabras.

Su atención se dirigió a su otra mano, notando como el helado que aún conservaba a medio comer se derretía en su mano, creando una imagen demasiado sugerente y sucia ante sus ojos. Iba a tomarlo pero este solo alejó su dulce, dedicándole una media sonrisa mientras lo dejaba con la camisa completamente abierta y su pantalón abajo, apenas cubierto por la ropa interior.

Jisung colocó su mano ocupada sobre su abdomen, dejando caer el helado y mancharlo mientras la otra se encargaba de acariciar su bulto por sobre la prenda que le quedaba.

Los jadeos fueron cubiertos por un beso que llevó a cabo el alto, volviendo a juntar sus bocas, esta vez aún más intenso y necesitado que antes.

Los dedos del chico se sentían demasiado bien, sabía exactamente donde tocar para terminar de ponerlo duro.

El bajo se apartó, bajando para deslizar su lengua por las manchas de helado y creando un perfecto contraste con el frío de este.

Minho no tenía idea de cómo había terminado en aquel depósito con un chico como Jisung pero no le disgustaba para nada su situación.

Con sus dientes el contrario bajó su ropa interior, dejando al descubierto el miembro ya duro del alto al cual el contrario no tardó en rodear con su boca por la punta.

—Veo que cumples con mis altos estándares, Lee. —aseguró este mientras se arrodillaba.

La tenue luz del lugar le permitía ver apenas aquella escena pero sí lo suficiente para notar que el helado del menor se dirigía a su boca para luego tomar bastante de este y acto seguido rodear su miembro con su cavidad.

El frío del helado y la cálida boca de Jisung creaban una perfecta mezcla de sensaciones que le hicieron dar escalofríos. La sangre bombeo de repente a su miembro, haciéndole apretar sus manos contra la mesa donde se estaba sosteniendo.