𝕳𝖊𝖌𝖊𝖒𝖔𝖓𝖞 ☭ 𝐶𝑜𝑢𝑛𝑡𝑟𝑦𝒉𝑢𝑚𝑎𝑛𝑠

☭0͌3͌☭

Воспоминания о темном прошлом = Recuerdos de un antaño oscuro

Berlín, Alemania...

Las bombas y explosiones se escuchaban cada vez más cercanas junto con el suelo tembloroso y la desolación dentro del territorio germano. La guerra que ellos mismos habían provocado ahora los estaba consumiendo por completo y terminaría con su destrucción absoluta. No tenían idea de cuántos muertos habían afuera o que tanto debían esperar para que aquel martirio culminara...

Sin embargo, unos cuatro niños se ocultaban en lo más profundo de un bunker construido para la protección de los que se hallaban en su interior. El Canciller alemán ya se había arrancado la vida de un balazo por mera cobardía, pero el padre de dos de aquellos infantes aún continuaba afuera.

—¿Dónde está nuestra mutter Alemania?— cuestionó la más joven de ambos hermanos, con su cabello azabache, largo y ondulado.

—¡N-No lo sé Deutschland! Solo espero que ella y nuestro vater estén bien...

Ambos hermanos (mellizos) de al menos unos diez años intentaban animarse mutuamente ocultándose de paso bajo una cama, mientras que un ruso persistente que ya se había cansado de esperar se puso de pie y empezó a arreglar a su hermanita la cual apenas era una tierna bebé inocente tomando de paso todas sus cosas.

—¿Qué estás haciendo Russland? ¿A dónde piensas ir?— interrogó el varón de los alemanes —¡Nuestros enemigos están atacando allá afuera y si te ven, ellos te lastimarán!—.

—¿Nuestros enemigos? No me hagas reír. Pero de vuestro padre créanme que sí. Seguro y mi папа ya ha de estar divirtiéndose a más no poder destruyendo esta ciudad además de jugar un rato con vuestra gente.

El albino les dio la espalda a ambos niños que quedaron consternados ante las palabras del antedicho. El ruso había ocultado todo su odio y rencor hacía los alemanes por tanto tiempo, que ni los nativos a ése país se percataron de esos pensamientos tan radicales. Alemania se levantó con el ceño fruncido, no permitiría que nadie hablara mal de su padre ni tampoco de su gente. Así que acomodándose sus anteojos, procedió a contraatacar al de mayor estatura.

—¿¡Cómo te atreves a hablar de nosotros así después de todo lo que hicimos por ti!?— espetó Alemania al borde del llanto —Convencí a mi vater de que no te hiciera daño y ¿De esta forma me lo agradeces?—.

—¿Sabías que existe algo llamado fingir? ¡Pues si no lo sabías поздравляю! Lo descubriste.

Deutschland por otro lado también se levantó y se colocó a un lado de su hermano mayor para apoyarlo. Puede que pareciera una niña inofensiva, pero cuando la situación lo ameritaba sabía bien cómo defenderse a sí misma como también a su familia.

—¡No seas grosero con mi älterer bruder! Nuestro papi quería matarte y cocinarte entero como también a tu hermanita. De no ser por nosotros ustedes ya estarían muertos— insistió esta vez más la alemana, mientras que el eslavo permanecía preparando una pequeña maleta además de cubrir bien el cuerpecito de su consanguínea más joven.

—¿Esos pretextos qué tienen que ver con que pronto vosotros sereis propiedad de mi padre y de la gloriosa Unión Soviética?.

Ambos pequeños palidecieron ante las palabras de un sosegado albino que no parecía perder los estribos en ningún momento. Seguidamente una explosión mucho más cercana sacudió todo el bunker asustando a los pequeños, seguido de un golpe fuerte proveniente de la entrada principal lejana, con otros dos estruendos más que provocaron una pequeña carcajada maliciosa proveniente de Rusia. Él era otra víctima más de la propaganda anti alemana de su país, pero en el fondo él no detestaba a esos niños que le habían acompañado durante tanto tiempo.