Mi pequeño gato

MIMOS

Empecé un nuevo libro de Bakugo Bottom. Así que vayan a verlo porfa...

Bakugo bajo rápido de la azotea, estaba demasiado enojado con su novio y enojado con el mismo, de verdad detestaba el cambio de su cuerpo ya que se sentía mas sensible, quería rechazar ese sentimiento de querer ser tomado por Todoroki en todo momento, pero no podía, el incidente de la azotea lo comprobaba, si no fuera por que sonó el timbre el hubiera accedido a todo lo que el bicolor le pidiera. Definitivamente en lo que restaba de la semana iba a ignorar al medio albino.

Las clases continuaron, al término de estás Bakugo tomo una actitud que le dio a entender a Shoto que no quería que se acercará y así fue, el bicolor no se acercó al cenizo ya que era consiente de lo que había echó, pero de verdad odiaba ver cómo todos se quedaban viendo al rubio, como no podía hacer nada ni decirles nada a sus compañeros ya que estos no sabían de su relación, se dejo manejar por los celos y termino haciendo una estupidez.

Pasaron las horas la mini bomba no salía de su cuarto ni para cenar y todos entendían el porque, pero Todoroki estaba muy triste por no ver a su novio, pensó en disculparse pero para lo que había echo, una disculpa quedaba corta. Llegaron las 8:00 ya todos se encontraban en sus habitaciones, unos durmiendo y otros solo viendo su teléfonos, en uno de los cuartos se encontraba un gato rubio que por más que intentaba no podía conciliar el sueño, salió de su cuarto y se encamino a quien sabe dónde, luego paro en una puerta, alzó su mirada y para su sorpresa estaba frente al cuarto de su novio, ~mierda~ pensó, iba a salir de ahí cuando escucho la puerta abrirse.

- ¿Kats, que haces aquí?-

- estoy vendiendo galletas- dijo mostrándole su dedo Medio- ¿Qué crees que hago aquí idiota?

- yo pensé...- fue interrumpido por el rubio que lo empujó hacia adentro

- cállate!!, Solo cállate- lo último lo dijo desanimado

Todoroki cerro la puerta, vio como las orejas de su novio estaban bajas y se dirigió a la cama para luego hacerse bolita. El medio albino ya no dijo nada apagó la luz se acostó a lado de el, lo abrazo y luego le empezó hacer mimos, haciendo que ronroneara ~que lindo~ pensó, luego de un rato escucho a Bakugo murmurar.

-eres un idiota-

- lo se-

- esto no es un pase para que hagas lo que quieras-

-lo se- le beso su mejilla y el rubio se sonrojo 

- de verdad te odio-

- yo también te amo kats- después de unos segundos se quedaron dormidos.