𝐈𝐈

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dirigí mi mirada a lo que miraba el rubio con tanto detalle, estaba viendo una de las obras más increíbles y bellas (desde mi punto de vista) que había creado el grandioso Miguel Ángel; La creación de Adán.

me acerco a él a paso lento y con algo de nerviosismo, dispuesto a entablar una conversación con el guapo niño cubierto de pequitas.

salut.— digo amistoso.— ¿Il aime l'art?

el rubio me mira y por más que suene cliché, un enjambre de mariposas en mi estómago hicieron erizar mi piel, su dulce mirada me dejó cautivado.

— no eres de por aquí ¿cierto?— dice, dejándome algo estupefacto.

— no ¿que me delató?— le regalo una sonrisa.

— dominas perfectamente el francés por lo que me has dicho pero tus rasgos hacen saber fácilmente que eres coreano— sonríe amistosamente.

— yo soy australiano y mi nombre es Lee Felix.— dice.—  mucho gusto.—me regala una hermosa sonrisa.

— soy Kim Seungmin, es un gusto igual.— digo con algo de timidez en mi tono.— y si eres australiano ¿cómo es que hablas coreano?

— soy fan de los idiomas y más del coreano — lo miro con sorpresa.— y sí, me gusta el arte, pff me encanta.— se corrige a sí mismo y abre sus ojos con admiración.— suelo venir aquí muy seguido.— sonríe.

— esta es la primera vez que vengo aquí. sí no te molesta ¿me podrías mostrar el lugar?— pongo ojos de cachorro.

— claro que sí.— responde sin dudar.

comencé a perseguir al australiano por todo el lugar mientras me mostraba cada rincón del edificio. a decir verdad, no le prestaba mucha atención a lo que decía, estaba totalmente concentrado en su angelical rostro y en como sus ojitos sonreían al unísono con sus labios.

cada palabra que salía de su boca era como música para mis oídos, su voz era tan melodiosa. y decía cositas tan idiotas pero que nunca me hubiera imaginado, como ¿las nubes sabrán a azúcar? o ¿podrías vivir en un árbol? parecía un niñito.

y su risa, era todo un tobogán de emociones, cada que la escuchaba mi piel se erizaba y no podía evitar sonreír, era tan contagiosa.

solo había pasado media hora y sentía que me tenía totalmente a sus pies.

— ¿ya desayunaste?— dice sujetando mis hombros mientras que yo muevo mi cabeza de un lado para otro indicando que no.— ¡perfecto!— exclama con una sonrisa de oreja a oreja.— lo mejor del museo es que tiene una pequeña cafetería y cocinan delicioso ¡te encantará!

dice para sujetar mi mano y arrastrarme por todo el museo hasta llegar al lugar indicado. nos sentamos en una mesa de dos y después de pedir algo para comer Felix comienza a hablar.

— y dime Seungmin ¿por qué te mudaste aquí?— pregunta curioso.

— estoy buscando inspiración.— saco de mi mochila mi cuaderno de bocetos y le muestro alguna que otra cosa.

— ¡esto es increíble! esta todo muy bonito. tienes un gran talento Seungmin, felicidades.— sus lindos comentarios hicieron que un leve sonrojo se hiciera visible en mis mejillas.

— g-gracias.— toco mis mejillas, estaban calientes.— ¿y tú? ¿a que viniste?

— sonara tonto, pero...— dice avergonzado.— en Australia sentía que me faltaba algo, y estoy en busca de eso aún que aún no sé bien que es.

— no es nada tonto, espero que encuentres eso.

[***]

— de acuerdo...— digo totalmente satisfecho por la comida.

— yo pagaré — decimos al unísono.

y antes de que comience una pelea se me ocurre algo.

— te dejaré pagar, pero a cambio déjame tomarte una foto.— saco mi cámara, el rubio asiente con la cabeza y sonríe totalmente listo para la foto.

click.

ya tengo lo que quería.

pero las cosas no se quedarán así, me acerco para estrechar la mano del contrario y sin que lo noté dejo el dinero que gastamos en el desayuno junto con un papel con mi número de teléfono.

— fue un gusto Felix, espero volver a verte.— me voy rápidamente antes de que se de cuenta y suelto una risita para mí mismo.

hoy conocí a la obra de arte más bella de todo Paris.

INSPIRATION┋ seunglix ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora