Segunda parte
Solté un grito de placer al sentirlo llenarme por completo, su pene era grande, diría que lo sentía llegar a mi vientre.
Me sentía avergonzada, no era una situación muy digna que digamos. Inmediatamente Sukuna comenzó a embestir con fuerza salía casi por completo y luego entraba de golpe.
Gojou no decía nada así que cuando lo ví acercarse y ponerse a un lado de Sukuna con una mano en la barbilla como si de verdad analizará la situación me sorprendí.
— M-maestro Gojo — exclamé tratando apartarme, pero los gemidos que escapaban de mi boca decían todo lo contrario.
Él sonrió de una manera muy sensual que me hizo calentar aún más.
— ¿Tu que dices pequeña? — preguntó acercándose a mi rostro.
¿De verdad preguntaba? Gojo Satoru era casi inalcanzable, así que ¿Podría negarme a su pregunta? Ni loca que estuviera, ese hombre estaba para comérselo ¿Quien en su sano juicio se negaría?
Sukuna sin dejar de moverse rio de buena gana.
— Te está comiendo con la mirada imbécil ¿Es que acaso no sabes nada de las mujeres?
Cada palabra fue firmemente remarcada con una embestida, gemi cerrando los ojos con fuerza sentía que iba a explotar.
Gojo rio de buena gana lo que me hizo abrir los ojos.
— Soy de los que prefiere el consentimiento mutuo. — contestó al fin aún sin alejarse, parecía estar esperando mi respuesta.
Asentí con entusiasmo.
— Por supuesto maestro — susurré de manera entrecortada — Sakuna tiene razón, te deseó Gojo.
Él peliblanco sonrió y sin nada más tomo posesión de mis labios.
— Vamos, señor hechicero hazlo con ánimo.
Escuché las palabras del otro hombre pero en realidad estaba por desmayarme, ¿Por qué besaban tan bien? Los labios de Gojo eran más pacientes que los de Sukuna pero aún así eran exigentes, su lengua se deslizó por mis labios hasta que se abrió paso para entrar a mi boca lo deje entrar sin poner resistencia correspondiendo con mi lengua.
Estaba muy emocionada y caliente, aunque no podía ver sus ojos ya que este llevaba gafas de sol. Sukuna se movía con fuerza dentro de mi mientras Gojo me besaba acallando mis gemidos, aunque la posición era algo incómoda era muy placentera, esto no sucedía todos los días.
De verdad gimoteé cuando el hombre salió de mí y Gojou dejo de besarme. Para mi asombro Sukuna recostó su brazo en el hombro de Gojo.
— Bien hechicero, veamos quién la hace gritar más — apostó Sukuna con su frecuente sonrisa de superioridad.
Gojou bajo un poco sus gafas devolviéndole la sonrisa.
— ¿Por qué tan serio? Es sexo ¿no?
Yo los miraba a ambos con la boca abierta ¿Estaba pintada o que? Yacía expuesta en la mesa miéntras los dos perdían el tiempo.
— Son un par de egocéntricos de porquería — brame con enojo al ser ignorada — menos charla y más acción queridos, su charla machista me enfría.
Ambos se miraron con complicidad, oh, no, yo y mi bocota, la razón por la que siempre terminaba en algún lío.
Gojou chasqueó los dedos y su ropa desapareció, tragué de manera audible al ver su cuerpo desnudó y su prominente erección. ¿Es que acaso había una regla para que estos hombres estubieran así de dotados y buenos?
"Soy una mortal ¿Saben?"
Gojo se acercó levantándome y haciendo que envolviera mis piernas en sus caderas casi de inmediato sukuna se posicionó detrás de mi, el peliblanco tomo posesión de mis labios nuevamente mientras comenzaba a frotarse contra mi vagina escuché como si una especie de bote de plástico explotará y Sukuna a su vez mordío mi hombro deslizando su pene resbaladizo contra mi ano, mi respiración se hizo irregular cuando ambos comenzaron a entrar. Centímetro a centímetro hasta que ambos me llenaron por completo.
Gojo gimió, Sukuna gruñó sin dejar de morder mi hombro mientras yo sentía que perdería el conocimiento por el placer, se sentía tan bien, ambos soportaban mi peso como si nada, me sentí como una hoja sacudida por el viento cuando ambos comenzaron a embestir Sukuna me sujetaba un poco más abajo de los pechos mientras Gojou por la cintura.
— Ah~ Oh, Dios...— fue lo único coherente que pude decir cuando el peliblanco dejo de besarme para tomar uno de mis pechos, sin dejar de moverse Sukuna colocó su brazo libre sobre mi cadera y su "mano" extraña fue a parar en mi clítoris mientras Gojou penetraba mi vagina.
— Veo que el pequeño ciervo lo está disfrutando — susurró Sukuna contra mi oreja —...Ah~ me aprietas de una manera muy deliciosa.
— Debo admitir que tienes razón, está caliente y resbaladiza — convino el peliblanco luego de gemir.
Yo solo abría y cerraba la boca mientras buscaba aire, las embestidas de ambos eran fuertes uno entraba y el otro salía, me sentía como en un sube y baja en los que solía jugar de niña, pero a diferencia de aquel este solo me hacía gritar y jadear de placer.
— N-no saben lo exitante...que es escuchar a dos hombres tan sexys gemir.
Ambos soltaron una carcajada gutural
Y era la pura verdad, ambos tenían voces sensuales y masculinas, el placer hacia que sus gemidos roncos fueran de lo más excitante que había escuchado nunca.
— ¿Ah, si? — dijo Gojo — entonces gime para nosostros pequeña.
Se movió con más fuerza al igual que el hombre a mis espaldas, yo trataba de seguir el ritmo de ambos pero me era casi imposible, el golpeteo de sus embestidas contra mi cuerpo llegaba hasta mis oídos acallando cualquier otro sonido del exterior.
Sentía que no iba a poder con tanto placer así que con la última embestida unísona me corrí con un fuerte grito colocando los ojos en blanco, todo mi ser vibraba pero aún así ninguno dejo de moverse.
— Aún no terminamos nena.
Las palabras de Sukuna y las embestidas de ambos que no se detuvieron por nada me hicieron arder aún después de haber experimentado uno de los orgasmos más fuertes de mi vida, debía aprovechar esta oportunidad al máximo.
***
Debo admitir que soy un fiel simp de Gojou y Sukuna ambos están 👌🏻
Creo que lo dejaré aquí, aunque podría hacer un tercer capítulo ¿Que dicen?
Espero sus comentarios 7u7
ESTÁS LEYENDO
Buen provecho (Historia Corta) (Reader X Ita/Suku/Gojou)
FanfictionT/N estudiante transferida del extranjero a la escuela de hechicería bajo la supervision de Gojl Satoru . A pesar de que Itadori y Gojo eran sus superiores tenían una amistosa relación, una noche decide invitar a ambos a su apartamento y lo que suce...