Tercera parte

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La cena había pasado a segundo plano desde la aparición de Sukuna, los tres nos entrabamos entrelazados en la cama, mientras Gojo me penetraba desde atrás Sukuna penetraba mi boca sujetándome el cabello con fuerza.

Cada vez que quería gemir por las embestidas de Gojo estos eran callados por el miembro de Sukuna enterrado hasta mi garganta, mi respiración era dificultosa pero toda esta situación de sentía de lo más excitante.

— Vamos pequeño ciervo, usa tu lengua  — ordenó Sukuna jalando mi cabello y mirándome fijamente con una sonrisa de satisfacción — tienes una expresión maravillosa ahora.

Saque la lengua lo más que pude contemplándolo con ojos vidriosos, él tomó su miembro con la mano y lo restregó en mi lengua así que comencé a imitar sus movimientos hasta que sentí una nalgada y una embestida que me empujó hacia el frente.

— Vamos Sukuna, quiero escucharla gemir — dijo Gojo saliendo de mi.

Me senté sobre mis rodillas respirando profundamente como si fuera a quedarme sin aire, mi corazón latía como loco, pero quería más, más de ambos.

— Está bien, pero tiene una lengua muy buena.

Sukuna me levanto como si no fuera más que una pluma y le hizo una seña a Gojo para que se recostara en la cama en cuanto el peliblanco lo hizo Sukuna separó los pliegues de mi entrepierna y me expuso ante Gojo.

— Oye, grandote puedo hacerlo por mi misma ¿No creés? — dije tratando de sonar enojada.

Gojo sonrió mostrando sus dientes y tomo su miembro con la mano, debía admitir, esa era una imagen demaciado orgásmica.

— No tienes porqué moverte cielo, lo haremos por ti, nos retaste ¿Recuerdas? 

Si, la voz de Gojo y sus palabras casi me hacían tener un orgasmo, así que como buena niña asentí, Sukuna lamió mi oreja desde atrás y me colocó sobre el miembro de Gojo dónde comencé a descender hasta tomarlo por completo en mi interior, ambos soltamos un gemido al unísono.

— Veo que se divierten — comento Sukuna empujando mi torso hasta el frente y con ayuda de sus piernas se sostuvo para comenzar a penetrar mi ano — Eso, así.

Grite en cuanto él entro por completo, me sentía como un sándwich, pero me gustaba. Ambos comenzaron a moverse mientras me sujetaban las caderas con fuerza, yo solo gemia y jadeaba como si se me fuera la vida en ello.

— Tenías razón Sukuna, tiene una expresión exitante, como si fuera a morir por el placer.

No le prestaba atención a su conversación, estaba perdida en el éxtasis del momento, podía sentir a ambos llegar hasta lo más profundo de mi con fuertes y diestras embestidas que trataba de seguir pero que solo me dejaban a medio camino.

— Vamos pequeña, sigue gritando — Gruñó Sukuna tomando mi cabello nuevamente y jalando mi cabeza había atrás, era una posición algo incomoda pero no dejaba de ser exitante.

Gojo comenzó a masajear mis pechos pellizcando un poco, el dolor y el placer eran una mezcla explosiva.

— Oh, si con más fuerza — pedí tratando de moverme.

Sukuna soltó mi cabello por lo que Gojo tomo su oportunidad y comenzó a besarme acallando los gemidos su lengua se abría paso en mi boca para encontrarse con la mí lengua entrelazandose en una deliciosa pelea que nos dejó jadeando en cuanto nos separamos, un hilo de saliva colgaba de ambos. Sukuna a su ves deslizaba su lengua por mi espalda.

Podía sentir a ambos palpitar dentro de mi y por las rápidas embestidas podía suponer que estaban por llegar. Entraban y salían con fuerza una y otra vez, los gemidos combinados de nosotros tres eran magníficos, gruñidos, jadeos, el chapoteo a causa de la humedad de nuestros cuerpos al contacto, el sonido de sus embestidas todo era magnífico y placentero.

Un par de minutos después Gojo soltó un gruñido, Sukuna mordió mi espalda y yo grite hasta que sentí que se desgarraria mi garganta, luego de eso todo de volvió oscuridad.

***

La luz entraba a raudales en la habitación cubrí mis ojos con fastidio pero fue inútil, sentía una pequeña molestia en mis partes íntimas y en las caderas ¿Que había sucedido? Había estado preparando la cena y luego apareció...

Me levanté de golpe al recordar todo lo que había pasado la noche anterior, mi cara ardió por la vergüenza.

— ¿Fue un sueño verdad? — dije sin darme cuenta que lo hacía en voz alta.

— ¿T/N? ¿Que sucedió? 

"Mierda, mierda, mierda"

Al girar mi rostro me tense al darme cuenta de que Itadori volvía a ser él, ambos estábamos desnudos y él a léguas estaba confundido, me sonroje aún más de ser posible, miré al rededor pero Gojo no se encontraba ¿Se habría ido?

— I-Itadori yo...— Me quedé muda, no sabía que decirle.

Antes de que él dijera algo mi celular que se encontraba en la mesilla de noche sono, lo tomé con rapidez tratando de cubrirme con las sabanas.

"Nos veremos luego, espero se pueda repetir"

El mensaje de Gojo me descolocó, ¿Le había gustado? Dios ahora estaba confundida, no podía explicarle a Itadori todo lo que había sucedido, moriría de vergüenza, me recosté nuevamente cubriéndome el rostro con las sabanas.

— ¿T/N? — llamó Itadori apartando la sabana con suavidad, quería ocultar mi rostro pero su sonrisa me detuvo — Está bien, se lo que sucedió, o al menos tengo una idea.

—¿De verdad?

El miedo me invadió, comencé a sudar y las ganas de ocultarme no desaparecían ¿Me odiaria por lo que había sucedido?

— Si, era cuestión de tiempo para que sucediera — respondió con tranquilidad acariciando mi cabello.

El rubor en sus mejillas me provocó ternura pero fueron sus palabras las que me sorprendieron.

— ¿Cómo así? — estaba confundida pero ni quería apartarme de sus caricias.

Él me miró con nerviosismo pero luego sonrió.

— Si, después de todo — se movió con rapidez quedando sobre mi cuerpo — había querido hacer muchas cosas contigo desde que te conocí.

Fin

Aquí el final, como siempre les recuerdo soy escritor amateur, no estudie literatura ni nada parecido, solo escribo por qué me gusta.

Buen provecho (Historia Corta) (Reader X Ita/Suku/Gojou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora