˗ˏˋ꒰ AMOR COLOR ROSA PASTEL ꒱ ʲⁱⁿⁿᵃᵐ

strawberries and cigarettes ♡

˚ ◌༘♡ ⋆｡˚ ꕥ Fresas Y Cigarrillos.

Las vacaciones estaban acabando y el tiempo de estar juntos igualmente, cuando entren de nuevo al colegio tendrían que estar pendientes a sus actividades extraescolares, Namjoon con las clases de inglés que le da a los estudiantes menores y Seokjin a bajar los kilos que ganó durante las vacaciones para rendir en el equipo. Más los trabajos, informes, pruebas y la presión de entrar en una universidad, todo parece arremolinarse poco a poco en ambas cabezas.

El regreso al colegio después de las vacaciones demuestra que será demasiado agotados y que tal vez lleven días sin verse a parte de lo que se verán en la institución, así que deciden no perder el tiempo y tienen citas hasta en el momento menos oportuno.

Las 4 de la mañana marca el reloj y recibió una llamada, colgó de inmediato y con premura se acercó a la ventana de su cuarto, abajo en la calle estaba su novio con dos cascos en manos, con una sonrisa y una seña de manos, se desliza fuera de su habitación y atraviesa la casa de forma silenciosa, el llavero que lleva en manos lo agarra fuertemente para que no suene, los pies descalzos y zapatos en mano abre de a poco la puerta esperando que no rechine, tiene demasiada habilidad en esto de mentirle a sus padres y escaparse en las madrugada con su amado y sin embargo, esa maldita puerta es quien casi siempre lo delata, así que se le es imposible no agradecer al cielo cuando no hace ningún ruido al abrir ni al cerrar.

Coloca sus zapatos rápido y un suéter con una ballena bordada pues la mañana estaba fría, corre hasta su novio y su brazo se enrede por instinto en la cintura contraria, presiona un beso en sus labios y saborea el sabor a menta de la boca contraria, el roce de lenguas le eriza los cabellos del cuello y el suspiro pesado que suelta su novio le envía un escalofrío por todo su cuerpo, su mano aprieta la chaqueta de su menor y la distancia es casi nula, cuando se separan sus labios están rojos y sus respiraciones agitadas, sus narices se chocan y el aliento del otro choca como una invitación a nuevo beso.

Habían besitos, suaves y cariñosos que no duran mucho y muestran cariño, otros que eran piquitos, toqueteos de labios divertidos que envolvían el corazón, y habían besos, besos como ese que te calienta el alma, acelera el corazón, eriza tu piel, esos que transmiten amor y pasión, esos que te sacaban el aire y te desconectan la mente.

-Hola, cielo.

Saluda, con una sonrisa tierna como si no matará al hombre de anchos hombros, el dorado que lleva en sus parpados brillan un poco y el rosa mate que tiene en sus labios lo hace ver angelical, lleva puesto un crop-top blanco, una chaqueta de cuero negra con unos jeans de tiro bajo, el piercing de su ombligo contrasta con el tatuaje de una serpiente enredada en una rosa, ubicado un poco más arriba de la pelvis, Namjoon tiene demasiado tatuajes regados por todo su cuerpo, pero definitivamente ese y el que tenía en el muslo son sus favoritos.

-Kim Namjoon, tú definitivamente serás mi muerte.

-Tonto-una sonrisa tímida se cruza en sus labios junto con un sonrojo, toma sus manos entrelazándolas y caminan calle abajo, la moto de Nam esperándolos a dos cuadra, al llegar hasta Rosanette (nombre que le puso el menor) Nam se monta primero atravesando una pierna hasta el otro extremo, Jin no pierde la forma en la que se demora un poco más y como se marcan los gruesos muslos sobre el pantalón, su boca se seca un poco ante eso y reacciona cuando una mano se posa delante de él, con ayuda de su menor, sube de un empujón.

El motor ruge y sus manos se enrosca por su abdomen, acariciando lo suave de este y juega un poco con el piercing, cuando acelera y se desplazan por las calles vacías, se permiten ir a una velocidad baja, para cuando llegan a su destino, una montaña un poco lejos de la ciudad, ya son las cinco menos cuarto y el amanecer se deja ver. Con cuidado ambos bajan del vehículo y desde el baúl de la moto, sacan una bolsa de tela llena de comida.

Un picnic para desayunar viendo el amanecer, en una montaña con muchas flores alejada de la ciudad. Era una cita extraña pero realmente especial y única.

Sentados sobre el pasto, sacan de los tuppers la comida, ensalada de frutas, sándwich de queso, hotteok de nutella y leche con sabor a fresas, entre conversaciones triviales comen y cuando se han acabado todo, el sol ilumina sus rostros, el amanecer se ve casi irreal desde donde están, los colores en el cielo son una hermosa escala de amarillos y el calor abandona de a poco ambos cuerpos.

Se acuestan importándoles poco el picor de la hierba, se miran a los ojos y hablan un poco en voz baja adormilada, la mano de Nam está acariciando los cabellos de Jin y este tiene una mano trazando el tatuaje de su abdomen.

-Cielo, pásame un cigarrillo, por favor.

Nam se estira un poco hasta que tiene la cajetilla, con cuidado saca uno y lo posiciona en los labios voluminosos de su amado, se estira de nuevo para buscar el encendedor y con cuidado, ahueca su mano al rededor de este y lo prende, Jin sube su mano para retirarlo de sus labios y botar el humo de la primera calada, lo hace dentro de la boca de Nam, besándose lentamente, el sabor del tabaco se camufla con el de fresas y de repente todo se vuelve en azúcar y anillos de humo.

Cuando se adentra más la mañana, a eso de las 6, vuelven a la ciudad esta vez yendo a la casa del menor, con el mismo cuidado de antes entran a la casa y al llegar a la habitación, se desvisten y comparten pijama.

Nam se queda con el camisón que le queda un poco largo y cubre hasta sus muslos, su piel bronceada, tersa y brillante quedando expuesta, el tatuaje se ve como un complemento perfecto, con su pijama blanca de seda, las bragas de encaje y las flores.

Todo en él tienen a Jin hecho un desastre y Nam puede estar igual o incluso un poco más, con Jin llevando solo el pantalón de la pijama, la seda contrasta con lo blanco de su piel y su abdomen, Seok no es muy musculoso ni muy delgado, pequeños abdominales se marcan en su abdomen y su clavícula y su "v" abdominal se marca, sus hombros anchos y fuerte junto a su cabello un poco revuelto tienen a Nam tragando en seco.

Es un momento de un silencio agradable en donde ambas se admiran, porque no importa cuantas veces se han visto así o con menos ropa, ellos siempre tendrán el tiempo para deleitarse y beber tan piel como se puedan. Ellos son como esa obra de arte que solo el otro sabe apreciar.

Con pasos perezosos y pequeños bostezos, se acostaron en la cama del menor en modo de cucharita, Nam siendo la cucharita grande, entre caricias suaves y susurros de amor, se quedan dormidos.

Al fin de cuentas es sábado y Jin puede llamar luego a sus padres.