¿Alguna ves has estado cerca del final?
Muchos cuentan sus experiencias cuando se acerca la muerte, un túnel con mucha luz, personas amadas hablándoles.
En esta historia compartimos los pensamientos finales de alguien que volvió.
¿Qué es el tiempo? No es más que una medida que crearon los humanos para medir su estancia.
¿Qué es la vida? Solo es un momento en la eternidad.
¿Realmente eres feliz? ¿ Qué es la felicidad?
Si me lo preguntas la felicidad es ese momento de dulzura después de la amargura.
Siempre han existido conflictos y siempre que sigamos aquí existirán guerras, hambrunas y problemas sociales de todo tipo. La felicidad se hace escasa y se cuenta a gotas, pero es necesaria para impulsar a quien la busque.
Parece que de todo lo bueno hay realmente poco ¿no?
Si, eso creo.
Ahora que estoy por morir me doy cuenta de ello, el tiempo aquí parece dejar de avanzar o avanza muy lentamente y esas últimas milésimas de segundo que dura ese latido final, me hace contemplar con claridad todo lo que nos rodea. Veo los cristales detenerse y el aire dejando de circular, las personas se vuelven sombras y el resto es solo luz. Entre ellos avanza aquel que camina pero no tiene piernas, aquel sin rasgos definidos, que ve pero no tiene ojos, que escucha pero no tiene oídos, no obstante tiene una gran boca que grita y blasfema.
Se inclinó ante mí y posó una mano con dedos largos y delgados, uñas afiladas y mugrientas, tengo miedo, pero aunque quisiera no me puedo mover. Fue entonces que me susurro —tengo todo el tiempo del mundo para ti, como lo tengo para cada uno de ustedes.
Abrió su boca y contemple su interior mientras me acercaba a sus fauces. Siento como el aire poco a poco me falta. En ese momento vi un pequeño niño corriendo en la oscuridad de su boca, se caía y lloraba, y su madre corría y lo consolaba besando su herida y animándolo a volver a jugar. Vi como ese niño crecía, se enamoraba, vi y sentí cada emoción que sentía, cada beso, cada decepción, llore cuando lloro, reí cuando el rió, lo vi crecer y transformarse en un hombre y ahora lo estaba viendo morir pues ese niño era yo.
De pronto el tiempo avanzó, los cristales cayeron y las sombras se movieron, escuche a gente hablar y preguntarme mi nombre. Eran hombres y mujeres que estaban alrededor, una de ellas una hermosa mujer tenía sus manos en mi pecho ¿Qué había pasado? No lo se, me desmayé y desperté en un hospital, mi vida cambió en ese momento.
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