Pierdo La Paciencia.

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He retado a mi capacidad poética
Muchas veces para distender el suplicio
Que me horada el corazón.
He bebido hasta ahogarme y poder
Hacer desaparecer ese nudo en la garganta.

He hecho tantas cosas buscando un remedio,
Que a veces pienso que la esperanza es ilusión.
En las noches, donde he secado ríos de lágrimas
Con mis manos, donde he probado el sabor
Del Amargo flagelo sintiendo  el gélido abrazo de la soledad.

Es ineludible que sienta en mi nimiedad,
Cuando te besas con otro sabiendo
Que voy muriendo lentamente en la nefasta penumbra.
Soy un desdichado que a vivido funestas vivencias,
Agotado de tanta malicia en mi contra sin piedad.

No soy benevolente con su audacia
De preguntarme «¿Cómo estás?»
Siento que se mofa de mi paciencia, y del
Dolor que causa un sentimiento que florece
Y comienza a hacer travesuras con insolencia y mesura.

Cuando amamos perdemos correspondencia,
Nos afianzamos más a lo que sentimos si somos vilipendiados,
Movemos mares y tierras si no le encontramos,
Pero cuando le tenemos cerca pasamos de inadvertidos,
Porque la mejor opción del desesperado es quien
se cruce primero en su camino.

Como mismo pensó el ahorcado, que la cuerda
En su cuello era la mejor opción en vez
De luchar contra los obstáculos que podría superar
Sino fuera por el miedo que a él estaba ceñido.
Si creemos que hacemos bien en esperar
Mientras me desmedro, espero que al tu buscar no me haya ido.

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