Jugaste Conmigo.

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En tus ojos pude ver, querida,
El resplandor de la aurora entrando
Por una rendija a través de la ventana.
Pero no entiendo el porqué desperté encima
De una nube, mientras divisaba las siluetas
De tu piel desnuda que rutilaba.

La sedosa y fina sábana que cubría tan solo tus piernas,
Hicieron deslizarme sobre un arcoiris
Hasta tu entrepierna, hurgando tus placeres
Encontrando un río de complacencia,
Provocando sismos en tu cuerpo y usted,
Se posó en la postura perfecta para ver las estrellas.

Mis labios discurren por tus cordilleras,
«Buenos días querida, buenos días mi doncella»
Respiramos algarabía y regocijo,
Desprende centellas tu rostro y la
Primavera reclama el aroma de tu piel esbelta,
Se nos viene el otoño«Quedé en tu olvido, costumbre ortodoxa».

Poemas de Whisky. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora