Sudaba mucho, respiraba pesadamente, y su corazón no dejaba de bombear rápidamente.
Encendió el aire acondicionado de su habitación, sintiendo la frescura llegar a ella.
Sus ojos comenzaron a aguadarse, las lágrimas no tardaron en salir y comenzar a rodar por sus mejillas, hasta llegar a su mentón.
Había tenido de nuevo esa pesadilla, aquella que tanto le atormentaba desde niña, Alex no sabía que hacer, estaba desesperada, solo quería olvidarse de todo.
No quería volver a tener pesadillas, no de nuevo. Habían parado por un par de buenos meses, pero todo lo bueno tiene su final.
Y era aquí en donde la felicidad y tranquilidad de la chica se desvanecía por completo.
Pobre Alex, si solo supiera que esa felicidad regresaría pronto, pero seria arrebata tan cruelmente.
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