Sr. Brown

Bienvenida a B'Technology

Narra Connor

Estábamos a punto de besarnos pero... no pude, no pude porque soy mayor para estar con ella, jamás podríamos estar juntos y no quería hacerle daño entonces me levanté.

-Lo siento, pero...

-Sí, tendrás novia o algo de eso.-Dijo soltando el moño y alisando el pelo.

-No tengo novia.-Dije mientras me daba una fuerte punzada en el corazón.

-Es raro, un chico como tú tan...

-¿Tan?-Pregunté subiendo y bajando las cejas provocando que ella riera.

-Agradable y guapo.

-¿Piensas que soy guapo?

-Sí, y un poco chulito, y que no disfrutas de la vida, y que solo piensas en el trabajo y que...

-Me quedó claro, hay más cosas negativas que positivas.-Ella hizo un gesto con la mano y se rio mirando por la ventana.

-¿Me prestas tu móvil? Quiero llamar a mis padres para decirle que voy en un rato.

Se lo di y apuntó un número en el móvil, quería saber qué había soñado, quería saber quien era el tipo que los había amenazado y con qué; quería saber todo de ella...

-Hola papá.

Narra Summer

-Hola cariño, ¿desde dónde llamas? Este no es el número de Nicky.

-Eh... es el de su hermano, voy...-iba a decir que ya iba para casa pero miré para Connor y negó-, voy en un rato que desayuno con Nicky. Por cierto, tengo un nuevo trabajo.

-¿Qué? Bueno, luego nos cuentas.

Le devolví el móvil a Connor y sonrió, tenía un poco de hambre pero no dije nada porque él no me había ofrecido nada. Me levanté y miré por la ventana, él se puso a mi lado e hizo lo mismo.

-Es precioso.

-Lo es. ¿Quieres que vayamos a desayunar a algún sitio?

-Sí pero... no tengo dinero encima, ni ropa.-Me dio una bolsa donde estaba mi ropa del día anterior, no era muy elegante pero...

-Deja el tema del dinero.

-No quiero abusar, pensarás que solo quiero tu dinero, creo que debería irme.

-Summer, tranquila. Quiero invitarte a desayunar y ya está.

-¿Por qué me defendiste ayer en el restaurante?

-Porque iba a...

-Ah, claro.

Me fui a cambiar y al volver estaba mirando algo en el móvil, salimos de la empresa y enseguida llegamos a un pequeño local de desayunos; yo pedí unas tortitas con miel y un zumo de naranja, él optó por un café. Me contó cosas sobre la empresa y cuando me di cuenta ya eran las once, le dije que tenía que irme a casa y me llevó.

-Ven el lunes por la mañana, sobre las nueve y media y hablamos en la empresa, ¿vale?

-Gracias por todo.-Bajé del coche y cuando iba a arrancar me miró.

-Señorita Fisher.

-Señor Brown.-Reí y se fue.

Entré en casa y mis padre me bombardearon a preguntas sobre mi trabajo, saqué el cheque y lo dejé encima de la mesa; en cuanto lo miraron abrieron los ojos como platos y me preguntaron qué había hecho.