JeanEre Week 2021 🍀

~Día 8: Propuesta ~

¡Bienvenidos al penúltimo escrito de esta semana de reto, espero que les vaya gustando 💛💚💜!

Cada día agradezco por todo su amor que le dan a los fics son escritos con mucho amor a esta shipp, y es para todo mis lectores 💛💜💚

🍀 Historia No relacionada con la trama original de SNK.
🍀 Historia narrada en 3ra persona.
🍀 Historia con contenido yaoi no explicito.
🍀 Créditos respectivos al artista de la imagen utilizada, así como al creador de la obra original y personajes, Hajime Isayama.

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Día 8: Propuesta

Hace alusión al deseo de Jean de pedirle algo a Eren tras varios sucesos de su vida, una relación estable de amor que busca consolidarse por completo.

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Dar un paso es complicado.

Nunca sabes si puedes caer, si saldrás herido o te levantarás con victoria.

Cuestionarse sobre ello le causaba a Jean que la tormenta de dudas crecieran en el de sobremanera.

Ni el movimiento ligero del tren lo ayudaba a tranquilizarse, el recorrido de camino a casa era largo pero hoy, en particular, parecía acortarse, así lo veía Jean.

Suspiró varias veces, acomodándose la corbata con cierto estrés, como si sintiera su cuello asfixiarse, pero no, quizás era la mente queriendo explotar.

Las risas de una mujer lo despabilaron un poco, su sonrisa era brillante como las perlas, miraba con cierta emoción al hombre que la acompañaba, su mirada expresaba más de lo que imaginaba podía sentir.

Con sus manos entrelazadas y en una posición cómoda, ambos se hablaban con miradas, sonreían en respuesta y parpadeaban como confirmación a su deleite personal, en un mundo solo para ellos.

Era el significado de amor verdadero.

Jean lo supo, porque entre ellos pasaba el mismo encierro en una burbuja que los resguardaba en su mundo de cariños y dulces gestos, palabras románticas y besos pasionales.

Jean no pudo evitar recordar a Eren, y disimuladamente, sonrió para sí mismo trayendo la imagen de su rostro sonriente a su cabeza. 

Estaba malditamente enamorado de él, no lo iba a negar.

Y pensar en ello, le daba el coraje de hablarle directo una vez llegara a casa, tal vez, obtendría esa valentía retenida y expondría finalmente su tan ansiada propuesta al chico de hermosas gemas en los ojos.

Dejaría de dudar y se atrevería a dar ese paso.

Su mente resguardó ese pensamiento hasta ver las luces encendidas de su hogar, aquel que decidió compartir con su pareja, su amor preciado tras varios sucesos.

Apenas abrió el picaporte, el aroma a una cena deliciosa entró por su nariz, deleitándole enseguida, los suaves pasos se escucharon con el crujir de la madera, era fácil identificar los tropezones de Eren en su llegada.

—¡Jean, bienvenido! —

Y ahí estaba esa sonrisa, esa preciosa fisura en su rostro que resplandecía más que la luna, acompañándolo con el sonrojo pequeño en sus mejillas, limpiándose torpemente las manos en el delantal lleno de harina.

—Estoy en casa —expresó, al tiempo que iba a su encuentro mientras el otro lo esperaba —

Parecieran estar programados por realizar la misma rutina siempre, sin aburrirse, esa donde dejaban todo y se abrazaban con fuerza, como si las horas separados dolieran, y tras mirarse como arte por segundos, sus labios encajaban en sincronía.