Capitulo 34: Lagrimas

725 35 1
                                    

Lo único que podía tener en su mente en aquel momento, era su efímero encuentro con Ron, un momento esperado, ansiado, muy soñado y se había quedado con tanto aun por decir, pues ni siquiera oyó a su hijo llamarla, para que mirara su nueva escoba y solo reacciono cuando su esposo la llamo varias veces

-¿Ah?- dijo quitando la vista de la ventana

-¿te pregunte si estas bien?- repitió él que estaba sentado frente a ella

-Si, bien ¿Por qué?

-no lo se, no has dicho nada, desde que te recogimos en esa librería –parecía preocupado- ¿viste algún conocido?- pregunto inesperadamente, ella lo miro, se planteo decirle o no hacerlo, al final gano lo segundo

-a nadie- dijo y desvió la mirada hacia la ventana de nuevo

-¿Segura?- insistió

-segura- confirmo sin voltear a verlo. Una vez que llegaron a su casa, ella subió a su habitación sin decir nada. Draco solo la vio marcharse

-vamos papi, quiero subirme en mi escoba nueva- lo jalaba el pequeño, Draco lo siguió. Hermione se acostó en su cama y se dio cuenta entonces que aun llevaba en sus manos el libro que Ron había recogido del suelo. Todo lo acontecido estaba tan fresco en su mente, así como el fugaz beso que Ron le había dado antes de irse y sus palabras aun retumbando en su mente “ve y díselo” “dile que sabrá de mi, muy pronto” “te prometo que hallare la manera de volver a estar juntos”. La única manera era con la muerte: ya sea de ella o de Draco, pero la sola idea de que Ron se convirtiera en un asesino no la dejaban tranquila, sintió algo tibio rodando por sus mejillas, había sucumbido nuevamente a las lágrimas.

Hacia mucho tiempo que no lloraba por todo lo que había tenido que dejar atrás obligada por las circunstancias, se había resignado a su nueva vida hacia mucho tiempo ya, pero ahora ver a Ron, sentirlo tan cerca había trastocado todo su pacifico y monótono  mundo. No era feliz, eso lo sabia muy bien… pero ya había renunciado a esa felicidad que nunca mas tendría. Felicidad que podía sentir hasta el fondo de su alma, con solo ver a Ron a los ojos. Esos hermosos ojos azules que muchas veces le habían quitado el sueño y que tanto le encantaban. Ron tenia esa mirada que le hacia olvidar todos los problemas que pudiera tener.

Se levanto de la cama, y camino por la habitación aun llevando el libro en sus brazos, se acerco a la enorme ventana de su cuarto y a través de ella vio a su pequeño hijo jugando, con el hombre que había destruido todo su mundo hace muchos años. Aquel hombre que con el pretexto de amarla, había recurrido al vil chantaje para que se casara con él, ese mismo hombre con el que tenia un matrimonio mas o menos normal, quien a base de paciencia y cariño había conseguido de ella, no el amor… pero si el respeto. Pues Draco resulto ser un buen esposo y un excelente padre, ya que amaba a Diego como si fuera su propio hijo

BENDITO AMOR ETERNO (Terminado) #FL2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora