Capítulo 2: Universidad

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Capítulo 2: Universidad. 

Las clases empiezan mañana, estoy un poco nerviosa, debo admitirlo. Aynav y Catherine son unas excelentes compañeras, tengo demasiada suerte de que hayan sido ellas con las que me tocó vivir durante la Universidad. El sábado por la tarde salimos a conocer, o a que yo conociera, un poco de Nueva York, todo fue muy divertido, fuimos a comer, a pasear, bromeamos un poco, y también fuimos de compras, ellas insistieron tanto en que me comprara un vestido verde limón, que porque iba muy bien con mi tono de piel, y se parecía mucho al vestido que habían encontrado en mi closet; Aynav y yo fuimos a buscar trabajo, yo lo encontré en un restaurante, como mesera, y ella en una veterinaria, como ayudante, a ella le gustan mucho los animales y por eso mismo se hizo vegetariana, aunque no nos juzga si comemos carne, aunque a veces trata de decirnos o convencernos de que no lo hagamos, a veces cae en la tentación de comer un poco de queso o tomar leche.

Empiezo a trabajar mañana; me dijeron: “por favor, pantalón de vestir negro y la camisa aquí se la damos, y como es de saber, cuando se usa pantalón de vestir negro, se trata de usar zapatilla negra y calcetas negras, al menos aquí” yo me limité a asentir y sonreír, no sé cómo ser una mesera pero en los próximos días aprenderé, o al menos eso fue  lo que me dijeron, “tres días de entrenamiento”.

La cosa es que estoy demasiado nerviosa, ayer mientras fuimos de compras aproveché para comprar las cosas que me hacían falta para el trabajo, me compré dos pantalones de vestir negros y dos pares de zapatillas negras y muchos, muchos, pares de calcetas negras, o tines; ellas insistieron en que me comprara más ropa, pero no le veo nada de malo a la que  ya tengo, así que fue todo lo que compré.

Ya es de noche por lo  que vamos a cenar temprano y preparar las cosas para que mañana por la mañana vayamos a la Universidad sin tantas preocupaciones.

—¿Listas para la aventura?—dijo Catherine levantando su vaso con refresco en el aire, como si fuera una copa de vino y estuviéramos brindando por algo  emocionante. Aynav y yo comenzamos a reír.

—Sólo es la universidad—dije yo.

—Pero será una nueva etapa de nuestras vidas—contestó Catherine—. Y será emocionante.

Sí, lo será, realmente.

—Bueno—habló Aynav—, hay que dejarnos de formalidades y decirnos como nos gusta. A mí me gusta que me digan Nav, un diminutivo de mi nombre. Supongo que a Catherine le gustaría que la llamáramos Cath—miró a Catherine con cara interrogativa—¿Te gusta?—Catherine asintió—y pues Weddy, ¿te gusta Dy?

—Ni loca—me recuerda a las DD’s—. Díganme Weddy, por mí no hay problema.

—Pero serás la única que no tendrá un diminutivo de tu nombre—dijo Cath con un mohín.

—No hay problema—le contesté—me gusta mi nombre.

Ellas asintieron y después checamos nuestros horarios para saber qué clases teníamos juntas, resultó que casi ninguna, bueno no será un problema para mí, vine a estudiar, y a buscar a Matthew, así que no tendré muchas distracciones para realizar mis metas.

El sol apenas se asoma a las 8 de la mañana  y, Cath y Nav, ya están despiertas y arreglándose como locas. Yo me meto a bañar y el baño me relaja un poco. Ya arregladas nos dirigimos a la Universidad en autobús, pero no muy necesario si te gusta caminar y levantarte muy temprano.

Las clases fueron rápidas, y ya no tengo más clases por el resto del día, lo que es un punto a mi favor para poder empezar a buscar a Matthew; empiezo por los pasillos pero no se ve absolutamente nada, ni un rastro de él.

Tan solo un poco de tu corazón -suspendida-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora