Capítulo 9

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- Es mucho más agradable despertarme contigo que con el despertador.

Tendida de lado en la cama, Val se acurrucó en los brazos de Juls, que la abrazaba por detrás, y se deleitó con el calor de su cuerpo. Juls le había besado los hombros y la espalda hasta despertarla y después se habían dedicado a una serie de actividades de lo más placenteras. A aquellas alturas, pasaban ya de las ocho.

- Me muero de hambre - dijo Juls. - Y voy a llegar tarde al desayuno con el club de ciencias -.

- Estúpido club de ciencias.

- Yo podría decir estúpidos Wiffenpoof, que es con quien comerás.

- Cierto -. Val se dio la vuelta en la cama con una sonrisa. - ¿Y si nos lo saltamos las dos? Vámonos de pinta -. Como no esperaba que Juls estuviera de acuerdo con la propuesta, no le extrañó que no aceptara. - ¿Te he dicho que volveré a actuar en el Top Hat el viernes y el sábado, dentro de dos semanas? Eso significa que tendré que quedarme otra semana -.

Juls la besó en la mejilla y le hizo cosquillas en el lóbulo de la oreja con la lengua.

- Es una noticia maravillosa. Tendremos mucho tiempo, sin cosas de la reunión de por medio. Yo no vuelvo a casa hasta justo antes del Día del Trabajo, así que podemos, no sé, conocernos mejor.

- Ah, sí: lo de llegar a conocernos mejor. Vamos a tener que preparar un guion.

- Uy - protestó Juls. - No me hables de guiones, tesis o artículos. Estoy de vacaciones.

- Esta noche impartes tu clase magistral. Espero poder conseguir una entrada.

- Yo tengo de sobra: las tomé para la familia. No sé por qué se han empeñado en venir. Si fueras a cantar tú, todavía. Pero yo no soy tan entretenida -. Juls se rascó el estómago, pero le apartó la mano a Val cuando ésta empezó a rascarla. - Me haces cosquillas -.

- A lo mejor es porque te quieren y les interesa lo que haces.

Así que, Juls tenía cosquillas. Val empezó a pasearle los dedos por el estómago.

- Puede. ¿Y tú por qué quieres venir?

Val supo de inmediato que Juls se lo estaba preguntando con más seriedad de la que aparentaba. Carraspeó.

- Creo que por las mismas razones. La doctora Valdés es una mujer fascinante y me gustaría llegar a conocerla de verdad.

De nuevo notó una sensación helada en el estómago, pero era más difícil sentirse intimidada por Juls cuando la tenía desnuda entre sus brazos. A Juls le brillaban los ojos, pero no dijo nada. Al cabo de unos segundos preguntó con suavidad:

- ¿Qué miras?

- A ti. Quiero aprenderte de memoria.

- Muy bien. Pero tengo que levantarme.

- Te dejo que te levantes si me puedo bañar contigo -.

- Sin toqueteos, que ya voy bastante retrasada.

- Sin toqueteos.

- Mientes.

- Sí - admitió Val.

Sin embargo, en la regadera tuvo ocasión de descubrir que, cuando Juls se proponía algo, no se la podía desviar de su objetivo. Se ganó un beso y que le lavara el pelo por sus esfuerzos, pero tuvo que contentarse con aquello. Cuando Juls salió a toda prisa de la habitación, todavía tenía el pelo mojado.

Sentada en la cama, Val se sintió un poco desanimada, pero una cita era una cita. Además, ella iba a ir a su ensayo, así que era justo dejar que Juls se fuera. Aun así, se sentía sola.

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