Editando a Travis

capítulo 3

Capítulo 3, Editando a Travis.

14 de marzo, Once de la noche.

New York, Manhattan.

Bebo de mi vodka mientras balanceo mi cuerpo siguiendo el ritmo de la música, hay bastantes personas, una gran cantidad de adolescentes, pero varios conocidos.

Alguien ha arrendado este lugar amplio para la fiesta, reconozco al chico como Derek, más conocido como el chico con divertidos colores de cabello, sabe sacarle provecho en totalidad a sus genes, no he cruzado muchas palabras con él, pero es muy agradable no he tenido más oportunidad de charlar con él en más profundidad.

Recorro el lugar con la copa en mi mano, las paredes son de un tono azulado, una línea de luces que cambian de color envuelve todas las paredes, hay sofás en las esquinas y una gran barra de bebidas, me encuentro con una pared de vidrio, puedo observar que afuera hay una gran piscina, salgo encontrándome con varias personas compartiendo y riendo mientras beben, saludo a algunos que amablemente me devuelven el saludo.

Me siento en una banca de madera barnizada y bebo tranquilamente aislándome un poco del ruido.

sé que Helen se encuentra bailando animadamente con Aarón luego de confesar que ha tenido una pelea con su novio porque él ha llevado una amiga a dormir a su departamento, trato de ponerme en la posición de Peter, pero para ser sincera no me gustaría que alguien a quien quiero lleve a una chica a dormir a su departamento aún más cuando está trata de incomodar a Helen cada vez que puede.

Helen tiene un carácter difícil de roer, no es una chica que deje que la pisoteen, mucho menos yo dejare que alguien pase por encima de mi amiga.

Y Aarón simplemente está muy feliz porque ha pasado un examen que le ha tenido estresado.

Escucho una fuerte arcada cerca de un gran árbol que se encuentra cerca de mí, Joder, pobre árbol. A alguien definitivamente no le ha hecho bien el alcohol.

Me levanto buscando a la persona, es un chico, viste una camisa blanca y no le puedo ver el rostro por la posición en que se encuentra y la oscuridad tampoco ayuda mucho.

Me alejo, hoy no tengo deseos de lidiar con una persona ebria a menos que sea yo misma, vuelvo a la pista donde todos bailan, un chico toma mi cintura y se apega a mí, ambos sacamos nuestros mejores pasos de baile, sus ojos son grises.

—Soy Ángel. —dice acercándose a mi oído para que le escuche bien.

—Angela. —respondo cerca de su oído, una sonrisa se forma en sus labios mientras que sus ojos mantienen el brillo divertido.

—No creí que conocería a mi mitad en una fiesta. —vuelve a decir, pero esta vez toma mi cintura con delicadeza para guiarme a la barra.

—La vida está llena de sorpresas. —le guiño mi ojo.