Capitulo ??

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Sentía como las piernas me empezaron a temblar, apenas me podía sostener en pie, el miedo inundo todo mi ser ¿Como no me dí cuenta antes de sus síntomas? ¿Que pasaría ahora? Y la pregunta que no paraba de rondar por mi mente ¿él me olvidaría? Sentía un nudo en mi garganta y veía ligeramente borroso, mientras nos explicaba toda la situación.

—Tiene demencia, a decir verdad es algo extraño para la edad que tiene, pero no imposible. Se encuentra entrando en la etapa intermedia de la demencia, eso explicaría porque no puede reconocer a su amiga. Como se encuentra entrando a la etapa intermedia va a necesitar a alguien que este pendiente de él todo el tiempo ya que en esta etapa no se puede cuidar de si mismo—. Tomó una pausa mientras nos miraba a mi y a Cherry, Keith estaba callado, ausente, simplemente se limitaba a mirar la ventana, no prestaba atención a las palabras del doctor, agarre su mano instintivamente, cosa que él me volteo a ver confundido, yo simplemente quería estar con él, Keith correspondió al agarre de mi mano intuitivamente. Refregué mis ojos y respire profundamente.

—Yo lo cuidaré, me mudare a su casa y estaré ahí para él—. Respondí sin dudarlo, mientras sujetaba fuertemente su mano sin darme cuenta.— ¿Pero Pico y tu trabajo?—.Cherry refuto angustiada, mientras me veía, ella sabía que mi trabajo era importante para mi, trabajar para la mafia no era fácil y me ayudaba a distraerme por así decirlo de mi enfermedad. Keith odiaba mi trabajo, pero yo...no le hacia caso esa fue una de las razones por las que terminamos, a él le preocupaba que un día no volviera por tener una bala en el cráneo. Ademas que no estaba mucho tiempo con él, siempre ocupado.

—Lo dejaré, tengo suficiente dinero ahorrado, además mi trabajo fue una de las razones de nuestro rompimiento...—. Recordé todas aquellas peleas que tenía con Keith para que dejará mi trabajo, también no le gustaba que llegará con la ropa llena de sangre. Me decía.—No se que pasará, cuando llegue el día en que esa sangre sea tuya, no podre soportarlo—. Y se iba molesto, pero al final volvía y me ayudaba a limpiarme, eso amaba de Keith de alguna manera siempre estaba ahí para mi.

—Esta enfermedad no es algo fácil de afrontar, además, tiene que tener buen ingreso económico para los cuidados y medicamentos ¿cree sera capaz de soportarlo?—. Dijo el doctor preocupado, pero yo asentí levemente, no iba a ver ningún problema ya que mis ahorros no eran pocos, después de todo simplemente me gastaba el dinero en cigarrillos y en algunos medicamentos. Además que no podía volver a dejarlo solo, esta vez no me iba a separar de él.

—Esta bien, entonces le explicaré como son las etapas que va a ir sufriendo y usted tiene que estar preparado—. Mi pecho se estrujaba, no quería oírlo, no quería oír que un día Keith se despertará y no me recordara, olvidará todo el amor que sintió por mi alguna vez y olvidará cuanto lo amo yo a él.

—Va a empezar a olvidar acontecimientos recientes, también nombres de personas que recién conozca.

Le dieron alta del hospital, junto con un montón de pastillas, también logre alistar una pequeña maleta con mis cosas para ir a la casa de Keith, cuando entramos los dos juntos noté que él se encontraba algo inseguro y desorientado, así que tome su mano, cosa que se sorprendió, pero no me soltó.

—Vamos a tu habitación, deberías descansar un rato, tuvimos un largo viaje hasta aquí, después de todo—. Él asintió, nos dirigimos hacia su habitación en paso lento mientras Keith revisaba todo a su alrededor, parecía un niño pequeño mudándose a una nueva casa, eso me pareció algo tierno como preocupante. Al llegar a su habitación lo dejé sentado en su cama, mientras revisaba que todo estuviera en orden, hace tiempo que no entraba a esta casa, me traía recuerdos.

—Voy a preparar la cena y al terminar de comer tienes que tomar tus pastillas—. Me miro algo desconcertado y con su mirada baja.—¿Pastillas?—. Me puse algo nervioso, asentí levemente.—¿Porqué tengo que tomar pastillas, si me siento bien?

Me puse de cuclillas poniéndome a su altura, Keith no aparto su mirada confundida, supongo que me tendría que acostumbrar.—Tienes que tomar tus pastillas, para que no olvides—. Yo también odiaba tomar mis pastillas al principio no lo hacía o intentaba dejarlo a ultimo momento, haciendo que los síntomas de mi esquizofrenia se volvieran mas presentes, pero con el tiempo las empecé a aceptar, especialmente por Keith, quería que tuviera a una persona medio normal a su lado.

Dio un ligero suspiro y cerró los ojos por un momento.—Esta bien—. Para luego acostarse en la cama. Decidí dejarlo descansar y me retire de la habitación si antes avisarle que cualquier cosa me llamara, necesitaba analizar lo que estaba sucediendo, aún no dirigiría la noticia sobre que Keith tuviera demencia, me apoyé en la pared afuera de su habitación y dí un ligero suspiro. Que cosas del destino enamorarme con alguien con demencia, teniendo yo una enfermedad mental. Entonces oí un ligero sollozo en la habitación, era Keith. Me partía el corazón verlo así, pero no sabía que exactamente hacer. Me quedé callado en el pasillo, hasta que se quedo dormido. Todo era tan confuso, me estaba agitando, estaba sufriendo de mucha presión, saqué mis pastillas y tome una, después de un rato pude calmarme y me dirigí a la cocina.

Revise para ver que podía preparar, ya que Keith no había comido bien casi todo un mes, había varias cosas que tenía que votar, lo único que pude rescatar eran unos fideos espagueti y salsa de tomate. Espagueti será la cena entonces, tendría que ir de compras mañana con Keith a pesar de que odiaba ir, ya que me desorientaba un poco. Después de estar un buen rato preparando la cena termine, no era un gran cocinero, pero no había quedado tan mal después de todo.

Subí hacía su habitación y me encontré a Keith durmiendo plácidamente, siempre se veía tan tierno durmiendo, me acerqué levemente hacía el y me agache un poco, aparte sus cabellos de su rostro y lo observé, tenía unas largas pestañas que me parecían hermosas, él se encontraba tan pacifico durmiendo, pero lamentablemente tenía que despertarlo.

—Keith...Keith...despierta—. Fue abriendo sus ojos poco a poco, me miro por unos segundos y se empezó a levantar.—¿Pico pusiste música?—. Pregunto, cosa que me puso nervioso, ya que la casa se encontraba en completo silencio.—No...—. Respondí dudoso no sabía que decir, acaso estaba alucinando, significaba que los síntomas estaban empeorando, se me quedó mirando inspeccionándome.—Ya...—. Respondió en un suspiro apagado.

—¿Como te encuentras?—. Le ayude a pararse, Keith no podía mantener muy bien el equilibrio, pero seguramente era por lo desnutrido que estaba.

—Bien...Me siento descansado—.No me acostumbraba a ver aún Keith tan desconectado, siempre hablaba mucho y tenía una actitud alegre, pero ahora estaba tan distante y diferente, acomode su brazo entre los míos y lo empecé a llevar hacia el comedor.—¿Tienes hambre?—. Él asintió levemente y luego abrió un poco los labios.

—Siento que me estas cuidando mucho ¿acaso me hiciste enojar? Pocas veces me demuestras afecto, pero ahora eres muy atento conmigo—. No me aparto la mirada y yo me puse notoriamente nervioso no sabía que decir de aquello, era cierto que no soy muy atento, pero me tenía tan preocupado que no podía evitar serlo.—¿Tiene algo de malo que quiera ser atento contigo? —. Argumente nervioso, Keith soltó una pequeña carcajada.

—No, me agrada—. Aquello me hizo sonrojar, su voz suave me hacía sonrojar y acelerar mi corazón cosa que era difícil de hacer, aún después de todo nunca deje de estar enamorado de Keith.

Cuando llegamos lo hice sentar frente a su plato y me senté a su lado, se quedo viéndolo un rato, pero luego empezó a comer.

—¿Esta rico?—. Volvió a sentir de forma callada, volvimos al silencio. Pero él se me quedo mirando fijamente y luego pregunto.

—¿Pico que haces aquí?—. Se había olvidado que me había mudado a su casa, es lo que el doctor me dijo que iba a pasar pero aún así dolía.

—Me mudado para estar contigo—. Su expresión cambio a sorprendido, pero luego dio una leve sonrisa, la primera sonrisa desde que habíamos llegado, yo tampoco no pude evitar sonreír.— ¿Ya no vas a comer más?—. Pregunte al ver que había dejado de comer.

—Ah...Solo que no tengo muchas ganas—. Me acerque a él y agarre el tenedor y enrolle un poco de espagueti en este y se lo acerque a su boca, el doctor me había dicho que tenía que estar bien nutrido.—Dí ah—. No pude evitar soltar una risita, al notar un ligero sonrojo por parte de Keith, pero aún así el abrió su boca y le dí de comer poco a poco. Después de todo cuidarlo de esta manera no se sentía tan mal, tenerlo de nuevo solo para mí.

RememberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora