𝐃𝐞𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 || 𝐊𝐓 (PRÓXIMAMENTE)

˚₊· ͟͟͞͞➳❥.(Prólogo)

—¡No, no, no no no!

Se decía una y otra vez así misma una hermosa mujer de cabellos blancos, largos como su hermoso vestido plateado lleno de brillos, y con clara desesperación en su bello rostro de porcelana.

—¡Oh por todas las lunas, espero llegar!

Agitada corría por los largos pasillos del gran palacio, agarrando su largo vestido iba en busca de su hermana menor, la cual estaba dando a luz en esos momentos.

En medio del gran eclipse nació el elegido, nació el legado de la familia Moonlight.

—¿Ya... Ya nació?

Pregunto agitada abriendo la gran puerta de par en par. Con sus ojos cristalizados observo al esposo de su hermana, al pequeño bebé y a su hermana, la cual noto que su cabello naturalmente blanco se iba volviendo negro.

En cuestión de segundos el miedo y el pánico se apoderó de de toda la habitación.

A la menor, Yimnie, sus brazos le comenzaron a temblar de tal manera que ya no podía sostener a su hijo, por lo que uno de las enfermera y doctora la atendía haciendo que una de las doncellas sostuviera al pequeño mientras ellas trataban de estabilizarla.

La mayor cayó al suelo desplomada, abriendo los ojos como plato mientras lágrimas recorrían sus mejillas de manera descontrolada observando aquella trágica escena.

—¡No! ¡No! ¡Amor, por favor! ¡Amor despierta!

Suplicaba y suplicaba aquel joven con desespero mientras tomaba las manos de su amada esposa y los guardias reales hacían que este tratará de soltarla.

—¡No! ¡Suéltame! ¡Sueltenme!

Ordenó gritando con fuerza hasta que al fin la soltó y observo como su mano caí a un lado de la gran cama en donde se encontraba.

—Amor~... Por favor~...

Cayó al suelo mirando sus manos, rompiendo en llanto sin control alguno.

La mayor, Enyun, con ayuda de otra de las doncellas se levantó y a pasos lentos se dirigió al pequeño bebé, en el cual noto al instante como la luna se marcaba en su frente, por encima de su ombligo y como sus pequeñas alas blancas como la nieve y su cabello se hacían notar.

Suspiró obteniendo una visión futura del destino de aquel pequeño que yacia entre sus brazos.

—¿Dónde irás?

Pregunto el joven al ver que su reina salía de la habitación con su hijo en brazos.

—¡Saquenlo de aquí!

Ordenó a los guardias los cuales con fuerza lo agarraron de los brazos llevándoselo fuera del palacio.

—¡No! ¡No, mi hijo!

—Señor Jeon, esta desterrado del palacio Moonlight. Si llega a poner un solo pie aquí, será ejecutado por incumplir una orden de la reina.

Sus ojos azules como profundo mar se volvieron negros como la fría noche. Ya no podía sentir nada. Perdió a lo que más amaba y a la única persona que tenía después de perder a sus padres en la guerra.

El dolor que estaba sintiendo no se asemejaba a nada que hubiera sentido antes. Ese sentimiento sobrepasaba y alteraba sus poderes.

—Tranquilo pequeño, yo cuidare de ti. Te entrenaré para tu misión.

Le murmuró mientras el ruido de sus tacones resonaban en los pasillos.

Este camino recién comienza.