𝐃𝐞𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 || 𝐊𝐓 (PRÓXIMAMENTE)

˚₊· ͟͟͞͞➳❥.(Capítulo 04)

❨ 5 años después ❩

Exactamente cinco años después el gran día habia llegado y el entrenamiento habia llegado a su debido fin.

Ese gran día su majestad, la reina, al fin salió de sus aposentos y se encargó de hacerle una gran fiesta de despedida para su joven sobrino.

Allí en la tierra estaba todo listo para su llegada: el lugar donde debía mandar su informe, el lugar donde viviría, incluso tenía hasta su documento, principalmente para no crear sospechas, entre muchas otras cosas.

Entre pequeños suspiros de nerviosismo salió del gran palacio directo al igual gran patio delantero donde toda su gente lo espera para despedirse de él: muchos regocijaban de alegría por él y por la paz que tendrían otros cien años, pero otros no estaban muy de acuerdo debida a los rumores que corren de la supuesta "verdad" entre la luna y la tierra.

Aún así, ese día era hoy.

—¿Estás listo?

Ante él apareció su reina, aquella reina que fue su única figura materna. Sutilmente sonrió mientras sacudía sus finas ropas y lo miraba no muy enérgica, es más, pareciera que le faltase energía.

—Sí...

—¿Pasa algo?

—Reina mía... Tía —se autocorrigió tomando sus manos— estos últimos cinco años he tenido demasiadas pesadillas con respecto a la tierra, la luna, otras personas, shut, tú... Yo... Y la verdad no sé si deba hacer esto yo...

—Está bien, es normal sentirse así, pero recuerda todos los años que hemos entrenado para este día —tomo sus hombros mirándolo directo a los ojos— sé que puedo confiar en ti.

—Gracias.

Susurró tomando el atrevimiento de abrazarla por una última vez.

No sabia si estás palabras lo tranquilizaban o asustaban, pero lo que sí sabía era que debe hacerlo, es su misión y pase lo que pase debía cumplirla.

—Para que estés más tranquilo alguien te acompañará .

—¿Quién?

—¡Ven!

Le indicó al joven de cabellos rubios que estaba de espaldas.

—¿Shun?

Sorprendido lo miro puesto que anteriormente, unos años atrás, él pidió permiso de que alguien, Shun, lo acompañará pero en todas las ocasiones que lo intento le fue negaba rotundamente, hasta que se dió por vencido.

—Jungkookie~, seré tu guardaespaldas —rió con una gran sonrisa.

—Pero... ¿Cómo? Reina mía, usted siempre me ha negado mi propuesta, ¿Por qué cambio usted de opinión?

—Han crecido juntos, se llevan bien y además Shun necesitaba entrenamiento, por eso te lo negaba —su voz sonaba tan pacífica que la tensión que sentía se fue.

—Muchas gracias, su majestad.

Hicieron una reverencia formal ante ella. Jungkook encontró tranquilidad en su interior, ya los nervios poco a poco disminuían.

—Vayan a disfrutar lo que queda de esta despedida.

Con la mano les dijo que se vayan, a lo que estos sin rechistar obedecieron y se fueron a disfrutar un poco más hasta que llegara el momento.

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Sus tacones hacían eco en las paredes del palacio, su respiración agitada y lo débil que sentía aquella mujer. Ya no tenía fuerzas de mantener su compostura.