Capítulo 4

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Después de pasar por el taller a retirar mi hermoso auto y quedarme estancada por dos horas en el tráfico, llegué finalmente a mi departamento. Nunca me había dado cuenta la cantidad de tiempo que perdía en tráfico. Ally había estado ausente las últimas semanas, debido a que se había estado tomando las cosas muy en serio con Troy, no me quejaba, me gustaba que Ally fuera feliz. Deposité las llaves en la mesa de la entrada y me adentré al solitario departamento. El comentario de Dinah me daba vueltas en la cabeza. No se por qué le pregunté por Camila, fue estúpido, pero las palabras salieron solas. Camila pregunta en mi. Ella había comentado que tenía unos ojos increíbles, pero no imaginé que le impactaran tanto como para preguntar por mi. Me parecía una tontería seguir pensando en eso, pero no podía evitarlo, solo es una chica curiosa y tu estás sobre analizando las cosas. Gruñí. Me dirigí directamente al baño para tomar una ducha y despejar la mente.

Aproximadamente, dos semanas después apenas recordaba la extraña conversación con Dinah. Seguí con mi vida de "seductora indomable" como decía Ally. En la fiesta de despedida de Pat, la ex-jefa de departamento de costura de la empresa, conocí a una chica muy bien parecida, salimos un par de veces pero nada serio. Seguía frecuentando los mismos bares, discos y pubs de siempre. Como era viernes, decidí prepararme para salir a mi bar favorito, para ser honesta no quería ligar con nadie, solo beber por mi cuenta. A pesar de que este bar no quedaba tan cerca como me hubiese gustado, decidí irme a pie. Me gustaban las noches de Miami, su vibra y su gente. Me encaminé a Haven, lugar donde trabajaba mi buena amiga Normani. Al llegar, vi a mi amiga sirviendo tragos y me acerqué.

- ¡Hey!- la llamé.

- ¡Laur! Sientate, ya te sirvo algo.

Seguí sus instrucciones y miré a mi alrededor. Pronto, vi una figura que se me hacía bastante familiar: cabello ondulado hasta la cintura, nariz delicada y sonrisa brillante. Era Camila. Observé la escena con atención, un tipo un poco alto le hablaba animadamente mientras ella sonreía para no parecer descortés. Me causó bastante risa. La pequeña Camila estaba muriendo de aburrimiento, y decidí que era hora de hacer algo bueno. Llamé a Mani de nuevo.

- Mani, ¿qué esta tomando aquella chica de allá?- dije señalando la pequeña figura. Normani desvió la mirada.

- Estaba tomando una cerveza, pero aquel tipo le llevó un martini- reí ante la falta de experiencia del pobre chico.

- Dame dos cervezas, ¿si?- mi amiga ahogó una sonrisa y me tendió mi orden. Me acerqué a Camila con paso seguro.

- Hola cariño, lamento haberme demorado- le tendí la cerveza y ella me miró un poco confundida pero entendió lo que trataba de hacer.

- Tranquila, estaba con mi amigo, ¿Cómo es tu nombre otra vez?

- Eh, Michael- dijo con el ego un poco magullado.

- Bien, Mike, ¿te importa que te diga así?- no esperé respuesta- Gracias por hacerle compañía a mi pedazo de cielo, pero creo que ya te puedes ir- la mandíbula del pobre chico cayó y le brindé una sonrisa. El chico se retiró derrotado.

- Hey- lo llamó Camila- olvidas tu martini- dijo tendiéndole la delicada copa, con una aceituna en el fondo. Me mordí el labio inferior ocultando una sonrisa, el joven tomó la copa y marcó su partida.

Camila dio un gran trago a la cerveza que le acababa de dar, me senté a su lado y esperé a que ella dijera algo. Antes de que soltara una palabra, Camila bebió toda la botella de cerveza.

- Vaya, vaya- dijo finalmente- Lauren Jauregui, la salvadora.

- Es un placer- dije con suficiencia.

- No tenías que hacer nada, estaba pasándola muy bien con mi amigo...- pensó un poco- con mi amigo- culminó. Reí al darme cuenta que olvidó su nombre de nuevo.

- Claro, por eso cuando entré a este lugar pude oler tu aburrimiento. ¿Dónde está Dinah?

- En la casa, tiene que hacer unas cosas para un proyecto o algo así.

Hubo un silencio incómodo entre nosotras, tomé un sorbo de mi cerveza y jugué con la botella. No creo que haya sido buena idea "rescatar" a Camila. Odiaba actuar sin pensar. La mujer ni siquiera me dio las gracias. Pensé en hacer mi retirada rápidamente pero Camila me detuvo.

- Gracias- me miró directamente a los ojos. Nunca me había fijado en el color de sus ojos, me dejaron sin palabras- Dejame invitarte una cerveza- sonrió.

Acepté. Nos quedamos toda la noche, hablando de todo. Ella me dijo que tenía raíces latina, que tenía una hermana y que trabajaba en una tienda de ropa. Debo decir que se sintió bien solo hablar con alguien. A un punto de la noche, el alcohol ya corría con velocidad por mi torrente sanguíneo, y cada vez que Camila Cabello mordía su labio inferior, mis hormonas se volvían locas. Yo quería morder ese labio. Quería hacerle lo que con frecuencia le hacia a otras chicas, llevarlas al baño e ir hasta donde me dejen llegar, si tenía suerte, sería un hotel cercano; pero en mi mente sabía que no podía, porque D era su mejor amiga y si lo hacía probablemente me odiaría. Retiré todos esos pensamientos rápidamente y me disculpé.

- Creo que debería irme- dije pasando mi mano por mi nuca.

- La pasé muy bien- dijo tomando mi mano.

Lo último que supe es que estaba presionando a Camila contra una pared mientras besaba su cuello y subía lentamente a sus labios. Gimió en mi boca y yo sonreí. La llevé rápidamente a la cama y me coloqué sobre ella, comencé a besarla pero con un ágil movimiento, Camila tomó, con una mano, mi cintura y me giró de tal forma que quedó sobre mi. La miré sorprendida, el alcohol no me dejaba pensar claramente, ella solo sonrió.

- Hmm... ¿Camila?

- Tu sólo disfruta- me susurró al oído.

A la mañana siguiente, me despertó la luz que entraba por la ventana, me sentí un poco confundida al principio pero cuando recorrí la habitación con mis ojos me di cuenta que era mi casa. Me levanté y se encendieron algunas punzadas de dolor a lo largo de mi cuerpo, eso sólo podía significar que había pasado una buena noche. Sonreí con autosuficiencia. Pero luego algo golpeó mi mente, algunos recuerdos de la noche anterior: Camila. Aun estaba aturdida con las escenas incompletas que recordaba, de pronto, Camila entró a mi habitación, su cabello estaba húmedo y obviamente estaba usando la misma ropa de anoche.

- ¡Hey!- saludó tranquilamente- Sólo vine a buscar mis zapatos, ya me iba- sonrió. Y tomó sus zapatos- Hmm...- se giró hacia mi, visiblemente incómoda- De hecho, quería hablar contigo de algo.

¡Ay no! Esa son la clase de cosas que no quieres oír después de haber tenido relaciones sexuales con alguien. ¿De qué se trataba? Alguna enfermedad venérea o algo así. Camila, claramente, leyó mi expresión de terror.

- No sé que fue lo que pensaste, pero te aseguro que no es eso- tomé un respiro.

- Carmela- dije aún con voz ronca. Me aclaré la garganta- es muy temprano para ese tipo de bromas. Dame un momento.

Me levanté y me dirigí al baño para hacer mi rutina matutina. Pude oírla corregirme: Es Camila, no Carmela. Solo me produjo risa. Una vez acicalada y con mi taza de café fui capaz de escuchar a la chica más baja.

- ¿Y bien?

- Me gustaría que todo lo que pasó quedara aquí, no quiero que Dinah o Ally sepan de esto- asentí. La entendía perfectamente, Dinah podía ser un verdadero dolor de trasero.

- De acuerdo.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2016 ⏰

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