Siete y cuarenta y siete de la tarde. Llevo sentada en esta banca del parque desde hace diecisiete minutos esperando a quien se hace llamar mi mejor amigo. Revisé otra vez mis notificaciones para ver si me había dejado algún mensaje pero nada.
Suspiré desbloqueando mi IPhone y marqué su número rápidamente, el cual estaba guardado en favoritos igual que mis amigos.
—¿Ali? —escuché a travez de mi celular.
—Henry, ¿dónde estás? —pregunté mirando a mi alrededor.
—En casa, recostado con Kal. —escuchó su voz confusa y juro que está frunciendo su ceño.— ¿Por que? ¿Que hiciste?
—¿Tienes calendarios en tu casa? —preguntó obvia levantándome de la banca para ir a una cafetería.— ¿Donde esta el que te regalé en navidad?
—¿Ese donde salgo vestido de nomo hace más de treinta años? En la basura. —solté una carcajada al escuchar aquello y escuché a este reír también.— Veré el de mi habitación, dónde salimos los dos.
—Cuando vaya a casa lo quemaré. —fruncí mi ceño mientras escuchaba al hombre reír.
Estuve unos cinco minutos en el teléfono en silencio sin escuchar nada y cuando iba a hablar lo escuché soltar un sonido de asombro.
—¡Perdóname, Sasa! ¡Kal, vamos! —alejé mi teléfono de mi oreja al escuchar esos gritos y sonreí sabiendo lo que vendría.— Nos vemos en la cafetería, te compraré tu copa de helado y después iremos al parque. Perdón.
—Ya voy llegando a la cafetería, Holmes. Ponte una chaqueta y tráeme la mía blanca, está empezando a correr viento. —mire la cafetería en la calle de enfrente mientras escuchaba a mi mejor amigo acceder y despedirse rápidamente.
Riendo levemente entre en la cafetería. Henry y yo llevamos siendo amigos por más de treinta años, él era como el hermano que nunca tuve y para él era la hermana que sus cuatro hermanos le arrebataron. Los seis años de diferencia entre nosotros jamás fueron un obstáculo para nuestra amistad pues nosotros nos conocimos en una academia de actuación cuando éramos pequeños, donde él fue un nomo (de ahí el calendario)
Desde ahí nos hicimos muy buenos amigos y aunque por la escuela no podíamos estar juntos, cuando entramos a la universidad tampoco. No fue hasta después de aquello que nos hicimos inseparables, teníamos la misma afición y nuestros horarios eran iguales pues estudiábamos juntos. Obvio que en nuestra adolescencia éramos amigos pero ahora como adultos somos uña y mugre.
Estuve solamente cinco minutos sentada en mi cómoda mesa cuando por el cristal pude ver a mi amigo con su fiel perro a quien yo amaba profundamente desde el primer día. Con una sonrisa salí y me agaché para poder acariciar el gran pelaje de Kal.
—Hola, mi amor. —hablé con voz rara viendo a Kal emocionarse mientras lo acariciaba.— ¿como esta el amor de mi vida?
—Muy bien, muchas gracias. —respondió Henry burlón.
Cuando alcé mi cabeza vi a aquel majestuoso hombre. Traía unos jeans, sus botas amadas y una gran parca negra junto a un tierno gorro gris y sus infaltables lentes de sol. Vi en su brazo mi chaqueta blanca y la correa de Kal también.
—Cállate, humano. —le hablé mal para después volver mi vista a Kal.— Ya te libraré de esta rata impuntual.
Henry dejó salir una risa mientras me colocaba de pie. Bese su mejilla y tome de su brazo mi chaqueta para ponérmela rápidamente. Conversamos un poco y él se fue a pedir mi perdón; un muffin de chocolate junto a un café. El helado lo dejaría para otro día pues ya estaba haciendo frío y no quiero enfermarme.
Mientras lo esperaba le hacía caras a Kal quien confundido giraba su cabeza de un lado al otro a la par de que alzaba una oreja.
—Ese perro lo he visto antes... —habló alguien detrás de mí.
Me giré con mi ceño fruncido y me sorprendí al ver a aquella persona frente a mi. Era Chris Evans. ¿Que hace aquí? ¿No estaba en Estados Unidos?
—Es Kal, el perro de Cavill. —respondí sin problemas aunque por dentro estaba muriendo. ¿A quien no le gusta el trasero de America?
—¡Oh! ¡Lo sabía! —exclamó sonriente.— Chris Evans, ¿Alissa, verdad?
Mi fan interior hizo un baile extraño y ridículo mientras mi yo exterior sonrió cordialmente correspondiendo su mano estirada para hacer un apretón.
—La misma, un placer. —respondí mientras separaba nuestras manos y jugaba con la correa de Kal.
—Lo mismo digo, Cavill me ha hablado de ti. —sonrió, dios mío su sonrisa es más brillante que las estrellas de la bandera de Estados Unidos.
—¿Henry? Mmm... —hice una mueca pensativa.— Espero que cosas buenas, ese hombre sabe muchas cosas.
Chris soltó una leve carcajada y fue el sonido más bonito que había escuchado después de los primeros ladridos de Kal. Nos quedamos conversando un poco más hasta que apareció Henry con mi pedido, intercambiamos cosas y ahora yo comía feliz mi muffin.
Henry saludó al actor y lo invitó a nuestro paseo por el parque, a lo cual este se mostró dudativo pero logré convencerlo de venir con nosotros para conocernos más. Los tres íbamos conversando y bromeando entre nosotros, la verdad fue una tarde muy agradable y divertida, no me había reído tanto desde la navidad con Henry donde le regalé aquel calendario de nomo.
Después de, aproximadamente, una hora y media con nosotros, Evans tuvo que irse pues debía hacer algo con sus compañeros de trabajo y nos despedimos prometiendo volver a juntarnos.
—¿Que tal, eh? —preguntó Henry y al verlo esta alzando una ceja.
—Es más guapo en la vida real que en Avengers. —admito botando mi basura en un pequeño basurero del lugar mientras escuchaba la risa de mi amigo detrás.
—Ya sabía yo que esas cinco veces de Infinity War no fue porque no entendías la pelea. —se burló él y yo le golpeé el hombro con mi puño.
—Bastardo. —insulte entre dientes y camine por el césped escuchando otra vez la risa de mi amigo y segundos después, tenía a Kal corriendo a mi alrededor.
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INSTAGRAM | CHRIS EVANS.
FanfictionMARVEL VS DC. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀...