42 | Vida real.

1.6K 140 6
                                    





La castaña suspiró ansiosa al oír el timbre sonar en su hogar, así que sin perder ni un segundo se revisó su maquillaje en el espejo por última vez y finalmente se acercó a la entrada para tomar el pomo de la puerta y abrirla luego de calmarse internamente.

Ahí afuera se encontraba ese actor tan guapo, un hombre del cual admiraba su trabajo y un hombre del cual pasaba de ser un "celebrity crush" a ser ese "podríamos ser más que amigos".

Lo miró de pies a cabeza, estaba en un traje elegante negro como su vestido. Un atuendo el cual gritaba "¡sexy!" y "¡daddy!" pero que también mostraba formalismo ante su salida.

—Hola. —atinó a soltar mientras sonreía y veía al hombre rubio pasear su mirada de arriba a abajo por su cuerpo, sintiendo inevitablemente un calor en sus mejillas y su estómago.

—Ali... yo... —balbuceó unos segundos pero terminó por soltar una risa nerviosa.— Te ves hermosa... muy hermosa, de hecho, maravillosa.

—Gracias. —continuó con su sonrisa nerviosa mientras pasaba unos mechones de cabello detrás de su oreja derecha.— Tú te ves muy guapo.

Chris rió levemente ante su comentario para luego agradecerle pero Alissa solamente podía pensar en esa risa que tanto le gustaba, un sonido que creía podría escuchar todos los días y que, sin duda, la haría reír también.

—Oh, yo traje esto para ti. —el actor saco un ramo de rosas blancas de su espalda, sorprendiendo a la actriz quien las tomó con cuidado.— En la florería dijeron que las rosas blancas significaban paz y pureza, y eso es lo que siento contigo, me siento muy tranquilo.

La castaña abrió su boca intentando decir alguna palabra pero sus ojos estaban fijos en el ramo tan simple pero precioso, sabía que posiblemente parezca un pez fuera del agua queriendo respirar pero sus palabras simplemente no salían.

—¿No te gustaron? —murmuró el hombre ligeramente atemorizado.— Puedo cambiarlas si gustas, aún tengo el boleto...

—No, no. —negó rápidamente, intercalando su mirada entre las flores y el rubio.— Están bellísimas, Chris. Te lo agradezco de todo corazón.

Y nuevamente pudo ver esa brillante sonrisa en él.

Dios mío, mándame fuerzas porque me desmayo aquí mismo.

¿Gustas pasar unos minutos? —señaló el interior de su hogar con su cabeza.— Pondré estas bellezas en agua y podremos irnos.

—Claro, ve tranquila. —asintió el rubio entrando lentamente al hogar de su castaña, mientras la veía alejarse unos pasos.

Ambos se miraron con una tonta sonrisa y finalmente Alissa se alejó nerviosa hasta su cocina en busca de algún vaso grande para poner sus flores, mañana podría ir a comprar un lindo florero mientras Evans caminaba lentamente por su salón viendo su decoración y alguna que otra fotografía que encontraba por ahí.

Más de una vez su sonrisa se amplió viendo los retratos en las paredes, donde la actriz salía con sus amigos, los que creía eran su familia y bastantes donde Henry estaba presente, ahí supo realmente que ambos actores habían, prácticamente, crecido juntos y le dió gracia ver al gran Henry Cavill vestido de duende navideño.

—Las rosas están listas. —habló Alissa saliendo de su cocina sonriente.— Ya podemos irnos.

Al ver a Chris asentir, ambos se encaminaron hasta la entrada donde el rubio abrió la puerta para ambos y espero nerviosamente mientras la mujer cerraba esta con llave. Segundos después ambos se acercaron a la camioneta de Evans donde este, caballerosamente, le abrió la puerta de copiloto y la espero hasta estar cómoda para cerrar su puerta.

INSTAGRAM | CHRIS EVANS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora