I

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Una parte dentro de Yuuji gruño, tanto de enojo como incomodidad, teniendo que resistir los demás sonidos de amenazas que quería expulsar hacia su contrario mayor. Su alfa interno no soportaba la presencia de otro igual a él, mucho más fuerte y poderoso, invadiendo su espacio y alardeando con ser el más fuerte del mundo. Quería arrancarle la garganta con sus manos y reírse en la cara del albino muerto bajo sus pies; Itadori sintió un escalofrío correr por su espalda tras aquellos pensamientos impropios de él y solo entonces se alejó lo suficiente para ya no hacer sentir tan nervioso a su alfa.

— ¡Waow! Yuuji también es un alfa. ¡Y uno dominante!

Realmente Itadori se sentía abrumado por todos los malos pensamientos y batallas que estaba teniendo con su "otro yo" por querer pelear por un territorio inexistente contra el otro. Se sentía incómodo, un ligero miedo que antes no había sentido ni cuando iba a morir a manos de una maldición, pero ahora sí que lo estaba por conocer por primera vez a otro alfa en su campo de presencia. Trago hondo y suspiro largo, molesto e irritado. No olvidaba el hecho de que también tenía a otro alfa dentro suyo, perteneciente al rey que va a tener que soportar por haberse comido aquel dedo putrefacto proveniente de él. Itadori tenía los cabellos de punta y la piel de gallina por todas las sensaciones que estaba sintiendo en menos de pocos minutos, y, por si fuera poco, su aroma comenzaba a ser afectado por el propio aroma de Sukuna, soltando sin querer la frustración y el enfado de su alfa que gruñía por querer morderle la cara al albino y por querer arrancarse las tripas él mismo con tal de vomitar a la maldición que ahora vivirá dentro suyo.

— Lo lamento. Nunca había conocido a otro alfa, aparte de mí.

Confeso hacia el mayor, levantando la mano, apenado y, quizás, regañado por sí mismo.

Itadori Yuuji jamás en su vida, nunca, ha conocido a otro alfa tan cerca suyo. Toda su vida, desde que se presentó a los 12 años, había vivido con betas y uno que otro omega con el que tropezaba de casualidad en la calle o escuela. Yuuji era más conocido por ser el único alfa en la institución y el único en la provincia, y por si fuera poco, era un alfa con feromonas dominantes; un tipo de persona más fuerte que nadie y que regía por encima de los alfas normales. Itadori no estaba tan orgulloso de ello, nunca se puso al tú por tú contra alguien más débil que él, en su lugar, ayudaba a los débiles y calmaba a los ansiosos. Simplemente vivió como una persona normal, con su alfa interno rondar feliz alrededor de sus conocidos y regocijándose cómodamente entre todos. Nunca se vio tan alterado como ahora. Intento convencerse de que era normal todos aquellos pensamientos y sentimientos, tener que conocer tan abruptamente a su propia casta lo dejo más mareado de lo que debería. No mentía con que era la primera vez que realmente sentía la presencia de otro igual a él, pero tener que darse cuenta que era mucho más débil hacia herirlo en su orgullo. Eso era, su alfa se sentía herido por verse pequeño frente a presencias fuertes, y por eso quería eliminarlas de la existencia; era puro simple egoísmo del cual Itadori se sentía apenado de sentir. Esos no eran sus sensaciones, pero debía aprender a controlarlas.

Otro gruñido, esta vez se escuchó salir entre dientes del mismo Itadori, por sentir como el olor del alfa maldito intentaba hacerlo desesperar de forma interna. Podía escuchar sus risas y eso solo lo hacía molestarlo más de lo que ya estaba. Yuuji llevo una mano a su boca, tapando cualquier otro sonido que quisiera sacar sin su permiso, mirando nuevamente al mayor que le devolvía la mirada (o eso suponía) con un gesto divertido y sonrisa egocéntrica. Claro, Sukuna no había podido encestar ni un solo golpe en la batalla de pocos segundos que tuvieron, y su desquite era ahora con Itadori. Maldita sea.

— Lo siento. No era mi intención.

Sonrió, ligeramente nervioso y más abochornado de lo que ya estaba. Quería darse una bofetada a sí mismo para poder calmarse. No era propio de él gruñirle a las demás personas solo por poder.

Madera y petricor [ItaFushi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora