Prólogo

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    «Nunca más» «Te odio» Era algo que había comenzado a jurarse. Su rencor por aquel hombre había empezado a manifestarse desde hacía un tiempo. Iba aumentado, creciendo, cada vez más y más, la rabia se convirtió en su fuerza para seguir adelante. Hasta que finalmente explotó todo de un tiro.

Sin embargo ¿a qué costó sacrificaba su vida por la de su ser querido? Perder la cordura fue fácil, pero el pago por su amor a ella, lo arruinó todo. Su mente colapsó, como mismo lo había hecho aquel hombre sobre su madre, pero en vez de deseo sintió miedo; el temor al rechazo, al abandono. Después de todo era un niño, y quién dice que un niño, no puede sentir miedo. Pero más que miedo un niño sobre todo tiende a imaginar. ¿Pero que les parece que en vez de soñar e imaginar cualquier chulada, más bien pierdes la cordura ante la agresividad, y creas tu propio mundo en el que descubres luego que todo era farsa?

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