Capítulo 5

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**Aviso: Historia original de Y. Honey, que amablemente me permitió subrila aquí.

Aviso: Los personajes de Captain Tsubasa fueron creados por Yoichi Takahashi

Un Jazmín entre las zarzas.

Capítulo 5

Por

Y. Honey

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La flor de Jazmín se considera como un efectivo estimulante sensual, suave y exquisito.

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El balón venía alto, pero aún así el pase era preciso y con la velocidad justa. Pocos jugadores en Japón podrían alcanzarlo para hacer un remate de cabeza directo a la portería. Afortunadamente, Hikaru Matsuyama era uno de ellos. Acelerando para dejar atrás a los otros jugadores, Hikaru quedó libre, se agachó con rapidez y usó la considerable fuerza de sus piernas para saltar lo más alto posible en el momento preciso, recibiendo con un potente cabezazo al esférico, logrando cambiar su dirección para ensartarlo en la esquina inferior derecha de la portería frente a él con una jugada tan exacta que el portero no pudo hacer nada para evitar el gol.

El silbatazo del entrenador señaló el final del partido de práctica entre los miembros del Consadole. El lado de Hikaru y Oda había ganado por cuatro a uno.

...

—Me da gusto ver que ya estás recuperado —comentó Oda mientras él y Hikaru salían de las regaderas—. Te tardaste más de tres meses pero parece que por fin has recuperado tu nivel en la cancha.

—Es gracias a que tú y el equipo me ayudaron —respondió Hikaru al tiempo que sacaba un cambio de ropa limpia de su casillero—. De no ser por ustedes seguiría jugando tan mal como cuando perdimos contra el Gamba.

—Yo creo que hay otra razón que no estás mencionando, Matsuyama —dijo Oda mientras se vestía—. ¿No estás olvidando a cierta chica muy bonita que trabaja en un almacén de maderas?

Hikaru se congeló un segundo, su camiseta a la mitad de su pecho, pero se recuperó rápido y terminó de vestirse.

—No la he olvidado —dijo asintiendo ante el comentario de su compañero—. La amistad de Machida también ha sido muy importante para mí.

—¿Amistad? —Rió Oda—, la has estado viendo casi a diario, Matsuyama. Todo el equipo piensa que es tu novia.

—Sólo somos amigos —corrigió él, un poco apenado por el malentendido—. Además, tú eres el que está en una relación tan seria que ya hasta estás buscando un departamento.

—Así es, y hablando de eso, Midori está pensando en invitar a Machiko para que sea su dama de honor en nuestra boda. No creí que se volverían tan amigas, ¿sabes?

—Está bien, así no tendré que ir solo como tu padrino— opinó Hikaru, lo cual sólo consiguió que Oda sonriera con buen humor, indicando que sería interesante verlo junto a Machida durante la ceremonia.

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Días después...

Hikaru entró a su departamento y se quitó la sudadera, la cual colgó en el perchero que tenía detrás de la puerta. Era domingo, y había salido a correr un poco por el vecindario. Miró el reloj en la pared y notó que apenas eran las ocho y media. Eso era bueno, le daba tiempo de darse un baño antes de desayunar.

Una vez que se había bañado y relajado bajo el agua caliente, Hikaru terminó de cambiarse de ropa y entró a la sala, recordando el partido de práctica del día anterior y admitiendo que Oda tenía razón. Ya casi había recuperado su habilidad en la cancha, todavía no se sentía con la confianza como para intentar su tiro del águila otra vez, pero pensaba que pronto podría hacerlo. Y todo eso se lo debía al apoyo del equipo.

Un Jazmín entre las zarzas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora