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Hola, oigan hice algunos cambios en la historia, ya tratare de estar mas activa, lxs tqm. Estaré actualizando esta semana.

Besos<3


Alice

Ryan y yo habíamos decidido no salir al cine y ver una película en mi casa. Estábamos viendo una película de comedia, pero la verdad suele dar más risa mi abuelo. Y eso que no esta vivo.

— Aly — pronunció Ryan.

— ¿Qué pas...?— volteé para verlo a los ojos.

Ni siquiera había terminado la frase cuando él me sorprendió estampando sus labios contra los míos. Mi cerebro estaba procesando que todo estaba sucediendo tan rápido como podía, pero sin pensarlo mucho me dejé llevar por un instante y cerré los ojos.

El sabor de sus labios era exquisito, mentiría si dijera que no los había estado deseando probar desde hace mucho. Sus manos se situaron en los costados de mi cadera y me jaló hacia él hasta sentarme en sus piernas, con agilidad. Enredé mis manos detrás de su cabeza para tenerlo más cerca de mí.

Sus dedos se deslizaban por todo mi cuerpo. La única barrera que teníamos era la ropa, y la estaba maldiciendo ese momento por existir. Su agarre me estaba derritiendo, todo mi raciocinio se había esfumado, el momento era solo de Ryan y mío.

Solo mi mejor amigo y yo.

El contacto que estábamos teniendo me estaba quemando por dentro. En realidad, llevaba mucho tiempo esperando que esto sucediera, pero nunca lo creí posible porque...

De pronto un atisbo de culpabilidad invadió todo mi cuerpo y por fin reaccioné como debí de haber reaccionado desde el principio.

Sin duda era una delicia besarlo, si lo pudiera tener todo el día a mi lado lo haría, pero esto tenía que parar.

— Ryan — dije despegándome de él y poniendo mi mano en su pecho —. Tenemos que parar.

— ¿No te gusta? — preguntó, tomándome de la cintura y pegándome contra él de nuevo.

Pensé en la respuesta que daría y decidí ser sincera.

— Sí, pero sabes que no está bien.

— Agh ¿Por qué eres tan amargada, Aly? Sé que te gusta, y también me gusta ¿Qué problema hay en eso? — recitó molesto.

— Tienes novia, Ryan — tan solo mencionarla sabía que ya iba había arruinado todo. Siempre que lo hacía terminábamos pelando. Y tuve razón, me apartó con fuerza de él y se levantó del sofá.

— ¿Siempre tienes que arruinar todo? Sabes muy bien que me molesta que la menciones — gruñó, con enojo —. Podemos besarnos sin que ella se entere, pero decidiste arruinarlo, como siempre lo haces. Es como tu don Alice — soltando esto último me dedicó una sonrisa con asco.

A pesar de que siempre teníamos este tipo de peleas, nunca dejaban de doler menos sus palabras.

— Es que...

— No, no vayas a empezar con eso de: ¡Yo te amo Ryan! — bien, eso había sido un golpe bajo. Avanzó de nuevo hasta quedar enfrente de mí —. Si lo hicieras, me darías todo de ti, sin peros. Ni siquiera te importaría ella, si en verdad me amaras — puso su mano en mi mentón y alzó mi cara para que lo mirara a los ojos y continuó —. Hasta entonces, no digas que me amas porque no te voy a creer.

Me soltó con desprecio, agarró su chaqueta y salió por la puerta de mi casa azotándola.



***

Escribamos nuestra historia (PROXIMAMENTE).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora