detrás de mis ojos ;; chaelisa, lisoo.

003 ;; magnum opus.

No entendía para nada la razón por la cuál ella apareció aquí, mucho menos porque seguía estando a mi lado cuando podría irse cuando quisiera. Aun así, nunca la eché, ni le cuestioné sus razones. Con su presencia me sentía menos angustiada y sola, y creo que era su tacto sobre mi piel lo que me hacía recordar que en mi pecho seguía existiendo un corazón que palpitaba.

En un muy torpe intento de analizar lo que Crítica hacía apenas desperté, observé su cuerpo. De nuevo y sin falta desde que llegó, ella estaba sentada en la silla frente a mi escritorio, escribiendo con un bolígrafo negro en una hoja raramente limpia. Quería saber dónde la había encontrado y sin embargo no interrogué sobre el lugar dónde hizo tal hallazgo, sólo decidí acercarme siendo controlada por la picazón que la curiosidad me propinaba. No fue necesario que hablase cuando ella ya lo estaba haciendo después de parar en seco lo que hacía y mirarme.

— ¿Qué haces fuera de la cama? — No pensé en responder, mas bien, me tomé el descaro de evadir su pregunta para responderle con otra. 

— ¿Cuáles son tus intenciones?

—  Claras y transparentes como el agua que corre el río Estigia. ¿O acaso dudas de la palabra de tu única amiga? — Callé para pensar lo que decía. Poniéndolo de esa forma, yo estaba siendo una verdadera desgraciada. Mis mejillas se enrojecieron al pensar que la traicionaba por preguntarle aquello.

— Si eso es todo, por favor, evita molestarme. A diferencia de ti, yo sí estoy ocupada. — Escupió luego de mirarme con asco, colocando su cuerpo en su posición inicial de escritura.

— ¿Qué es lo que haces? — dije en un tono muy bajo para ser audible que ella escuchó sin esfuerzo alguno.

— Escribo una crítica, duh. 

— ¿Una crítica?... — pregunté dando a demostrar toda la curiosidad que llevaba adentro antes de subir mi ceja izquierda por la incógnita.

— Una crítica es un cúmulo de opiniones que responden a un análisis, esto puede ser positivo u negativo. — Calló por segundos que, entre nuestra mirada fija en la otra, se tornaron horas. — Fuente: Google. — Tal vez ella había intentado ser graciosa, tal vez burlista o tal vez estaba intentando sacudirme para que no la molestara; simplemente la mire con total seriedad al sentirme tan burlada.

Pasaron algunos minutos para que me notara, parecía muy entregada y empeñada en terminar lo que hacia, a lo que bufé con enojo para tener algo de atención de su parte.

— Oh, por favor, no pongas esa cara, pequeña. — Con arrepentimiento me observó y río, algo apenada. Si ponía la sinceridad entre mis manos, cuando una sonrisa dominaba su rostro ella parecía ser una persona totalmente adorable; eso, tomando en cuenta que ella no era una persona, ¿o sí? Aún no lo sé muy bien.

— Lo siento, lo siento. Noté que eras una muchacha de pocas luces y no pude evitar jugarte una broma.

— ¿Sobre qué es, Crítica? — Dejé a un lado nuevamente lo que ella había dicho y seguí la conversación de antes en busca de saciar mis dudas.

— La crítica es sobre ti, obviamente. — Con superioridad y una sonrisa maquiavélica en sus labios, se colocó sobre sus pies y caminó hasta mi cuerpo, evadiendo de nuevo mi espacio. Comenzaba a creer que se le haría costumbre. Yo, como respuesta, solo logré quedarme en mi lugar para admirar con terror sus rasgos tan femeninos y coquetos, que, de no saber el contexto en el que estábamos, me parecerían sexys en su totalidad.

— ¿S-sobre mí? — Interpelé con nerviosismo puro, mi cara ardía mientras ella observaba la debilidad que ella misma causaba en mí y se reía de ello.

— Eres mi pequeño magnum opus, Nada... — Dijo con sensualidad, quitándome de nuevo la estabilidad y eliminando de un solo corte el aire de mis pulmones.

Sin importarle lo que provocaba en mi interior, y con el mayor descaro que podía utilizar, posó su vista en mis dañados labios para lamer los suyos y terminar mostrándome sus dientes blancos en una sonrisa malévola, mientras observaba mis ojos con sus ojos de gato. 

— Es decir, he visto gente rota, pero, Dios, nunca tanto como tú... Toda tu disidía te convierte en un manjar que muero por saborear.