002 ;; crítica.

12 3 0
                                    

Domingo, Cinco de Agosto de 1,984.

El cuerpo me pesaba más que mi propia agonía y ese sentir era algo que permanecía aunque me hallase durmiendo; se presentaba hasta en mis sueños y éste no era la excepción, pues ahora tenía la indeseable percepción de estar siendo perseguido. Mis captores eran las arañas y yo simplemente una persona inútil que hacía un torpe y arduo esfuerzo por sobrevivir a su peor pesadilla, cosa que fue en vano en su totalidad. Cuando esos insectos que en mi sueño parecían ser el doble de mi tamaño lograron atraparme, movían mis extremidades con sus hilos burlándose de mí; yo estaba a la merced de ellas y ni pasaba por mi mente la opción de buscar escapatoria otra vez.

Aún así, de forma repentina como si de un abrir y cerrar de ojos se tratase, en un conjunto de partículas polvorientas que enceguecían mis ojos, las telarañas se transformaron en cadenas y los arácnidos en múltiples apariencias oscuras que no se percibían con claridad. Abrí los ojos lo antes que pude, estaba en un estado de perturbación tan grande que me controló hasta sentarme sin cuidado en mi cama. En mi mente ahora sólo podía escuchar un pensamiento: Debía abandonar mi cama, colocarme sobre mis pies, permitirme desahogarme en lágrimas, hacer cualquier cosa para que mi mente abandonase el truco que me hacía alucinar.

Quedarte en la cama es lo mejor que puedes hacer, no se te ocurra hacer otra cosa. — Cuando estaba absorta en mis pensamientos, una voz femenina retumbó con suma confianza y una notable ausencia de nervios, proveniente de un lugar cercano a mí.

Mi cuerpo se estremeció por la conmoción sorpresiva, optando por permanecer paralizada mientras mi respiración se agitaba hasta crear un tornado y mi corazón ya se había encogido para esconderse detrás de algún hueso protector; logré sentir que la adrenalina bombeaba cada esquina de mi cuerpo hasta llegar a las yemas de mis dedos más pequeños. Las respuestas biológicas de mi cuerpo iban aumentando conforme el ambiente se tensaba gracias a dicha aparición.

Pasaron algunos segundos cuando logré desviar mi atención a mi alrededor por las esquinas de mis ojos. Todo se había difuminado y mi visión debilitada por la carencia de nutrientes no me ayudaba en este caso, lo que no me impidió luchar de manera sobrehumana para mirar en una inminente oscuridad con la poca claridad que entraba por la cortina, por lo cual, logré visualizar ciertos contornos de objetos desconocidos. 

 Aunque en la oscuridad no existían las sombras, ahora las mismas parecían danzar al ritmo de una melodía turbulenta mientras dibujaban formas con sus cuerpos. En un punto del monstruoso acto, las pilas de basura acumulada parecían unirse al show con dibujos represivos y burlones que me señalaban con el dedo para recordarme cada una de mis diferencias. Vi cuerpos caminando hacía mí desde la entrada con paso atrasado, sentí como las paredes se movían causando que el espacio se redujera hasta que mi respiración se volvió nula. A pesar de todo lo que mis ojos tenían el sombrío placer de observar, en definitiva lo más terrorífico era la sombra que se hallaba sentada en la silla de mi escritorio, justo al lado de mi cama.

Quería pensar que todo era un truco de mi mente en conjunto de la inanición y la deshidratación, sin embargo, el movimiento era tan real que se me hacía imposible; ese engendro lograba producir que sintiera el sabor de un vómito inexistente en la punta de mi reseca lengua, hacia que hasta mi vello más diminuto se erizara. Parecía algo que estaba ahí, oliendo y saboreando mi pavor, al mismo tiempo que no existía siquiera.

Su figura era claramente humanoide, aún así, si mis ojos se desviaban al menos un nano-segundo a otro lado, su anatomía se desfiguraba como si jugase con mis débiles sentidos, divisando su cuerpo:  Lo primero fueron sus extraños y penetrantes orbes amarillos brillantes como el oro mismo, luego su cabellera brillante con un tono de rubio más claro que el mío y un porte de seguridad dominante que me hacía sentir más inferior de lo que me era usual sentir; Todo esto en un conjunto de rasgos delicados y coquetos.

detrás de mis ojos ;;  chaelisa, lisoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora