Llovía a cántares, llovía tanto que todo estaba hecho un desastre, lodo por todos lados y su ropa estaba tan mojada que se pegaba a su cuerpo.
Era un chico adolescente, se dice que no podía pasar de los 20. Era argentino, rubio, alto y su rostro no reflejaba ninguna emoción, era como si al verlo no podrías saber nada de él, su rostro parecía no reflejar nada.
Febrero, 26 de 1958.
Querido Diario: Un alma apagada."Llovía, estaba lloviendo tanto que no sabía si tenía comparación a mi alma, porque ella también estaba inundandose, ella también estaba en una tormenta.
Aún estás joven... Me decían, pero yo sentía que la vida me pesaba más de lo que debía hacerlo, porque mis sonrisas siempre eran forzadas, y mi alma siempre estaba en oscuridad.
Solo es la edad. Quería reírme de ellos por sus tontas palabras, yo viví toda la vida en unos años, y nadie sabía o podía negarlo.
Déjenme odiarme, quise gritar, pero luego recordé que era más grande odiarme en silencio, así me consumiría como siempre quise hacerlo, así me apagaría como mi alma ya lo estaba."
–Un alma que pesaba tanto, que sentía que ni al morir podría descansar.
Cuando alguien lea mi carta, sabrán que alguien en el mundo, le pesaba la vida, el alma, tanto que sabía cómo te pesaba a ti.
El chico solo dobló su carta, se acercó al buzón y la dejo allí.
Metió las manos en sus bolsillos y se detuvo en medio de la lluvia, levantó su rostro y duro tanto que las personas a su alrededor se asombraban lo mucho que duraba bajo la lluvia.
Quizás esa era su forma de sentir que aún vivía, quizás esa era su forma de sentir que lloraba sin derramar lágrimas, y así sentir que la vida al menos por unos minutos o horas no pesaba tanto.
Nos veremos pronto, para seguir conociendo que tan conectados estuvieron estas personas con nosotros alguna vez...
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Nota de la autora: ¡Duele! Se que muchos, incluyendome se identifican de alguna forma con este escrito, con esta carta y con este chico.¿Por qué a quien no le ha pesado la vida? Al menos alguna vez nos ha pasado.
Está bien aceptarlo, está bien sentir que queremos rendirnos. Pero te lo aseguro, grita si es necesario, corre si eso te sana, pero después de eso solo levántate con aún más fuerza.
¿Te sientes identificado?
¿La vida te ha pesado alguna vez?
¿Alguien te ha hecho sentir que tú dolor es tonto?
Te lo aseguro, no lo es, es tu dolor. Solo tú sabes cuánto duele, no importa cuál sea la razón.
Nos leeremos en la siguiente...
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Diario de mis pensamientos.
PoesiaHace mucho tiempo en un lugar muy lejano, una persona creo un buzón, lo llamo: el diario de mis pensamientos. Años más tarde al abrirlo, encontraron un millón de escritos, de frases que quizás muchos en el mundo solo tuvieron esa forma para liberar...