Capítulo 21: Intensa y segadora

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Estaba sentado en una silla frente a la chimenea de mi habitación.

Con mi visión distorsionada, mirando un punto inespecífico del piso de madera mientras trazaba las líneas de la Marca en mi antebrazo con la yema de mis dedos, note lo desagradable del relieve que causaba en mi piel, líneas gruesas y queloides que estarían siempre en mi cuerpo. Sin embargo mis pensamientos estaban sumergidos en la reunión que había tenido el día anterior.

Tratando de recordar cada palabra que había escuchado y grabándolas en lo profundo de mi cerebro.

Mi mundo había cambiado. No podía escapar de esto.

No podía simplemente enviar a otro a hacer el trabajo sucio. 

Nadie más que yo podría hacerlo. Lo habían dejado en claro.

Tenía que concentrarme, no más distracciones. De ahora en adelante dedicaría mi tiempo y atención a mi misión. Estudiar todos los posibles resultados, las variantes y alternativas. Tenía que lograr algo jamás hecho antes. Algo solo escuchado en mitos y leyendas. 

 Y solo conocía la mitad de la ecuación. 

Se habían tomado la libertad de informarme que la primera parte del plan me correspondía a mí, y lo demás a alguien que no conocería sino hasta el "Día D". 

Esto era una grandísima mierda. 

Y aun así... no lograba pensar en nada más que en Jaime...

Debo estar demente.

Restregué mis manos contra mi rostro con frustración y me levanté, viéndome por última vez en el espejo que colgaba en la pared, revise mi apariencia. Mis ojos estaban rojos por la falta de sueño y estaban rodeados por bolsas púrpuras, me veía más pálido de lo normal y mi cabello estaba tan largo que ya tocaba mis hombros, cubriendo la mitad de mi cara.  

Arrastre mi mano por mis mechones rubios y los aparte de mi rostro, ajuste mi corbata negra y tire de la chaqueta de mi traje que colgaba en la silla.

Salí al pasillo tirando la puerta y miré a ambos lados. No había nadie, pero podía escuchar murmullos que salían de las habitaciones contiguas. Camine hasta las escaleras y me tope con un elfo doméstico, estaba limpiando lo que parecía ser sangre del pasamanos. 

Sin inmutarme seguí mi camino, baje las escaleras y me adentre en el laberinto de pasillos. Si alguien que no conocía la arquitectura de la casa intentaba navegarla sin ayuda, se perdería sin darse cuenta. Yo la conocía como la palma de mi mano. 

Llegue a la gran sala, donde normalmente se llevaban a cabo los bailes y las cenas que ameritaban más espacio, como lo de hoy. El lugar estaba lleno de los Mortífagos más importantes del ejército de Voldemort. 

Todo parecía muy normal, personalidades pura-sangre de las familias europeas más conocidas del mundo mágico, comiendo y bebiendo en un elegante y tétrico salón de fiestas, muy glamuroso hasta que mirabas de cerca... y podías ver la escoria aborrecible que vivía en cada uno de ellos. 

Esclavos de una causa sin fundamentos. 

Esclavos de un mestizo.

Ignore las miradas de los curiosos, y me pare junto a una de las ventanas. No estaba de humor para socializar y menos para fingir interés en conversaciones vacías, solo estaba ahí por obligación. Por un largo rato me entretuve viendo las gotas correr por el vidrio, y dejé que mis pensamientos se divirtieran con la idea de que Jaime estuviera allí. 

Quería hablar con ella, descubrir todo lo que ocultaba. Tenía mucha curiosidad de saber como pensaba, que la motivaba, como era tan buena en runas antiguas y en defensa de las artes oscuras... ¿Por qué no tenía amigos?... También quería protegerla de esta situación en la que habíamos caído, era peligroso. No quería que el Señor Oscuro la usara como me usaba a mí. Anhelaba besarla, tocarla, mostrarle lo bueno que podría ser, nosotros dos juntos. 

Me perdí en mi fantasía y el mundo a mi alrededor quedo en silencio por unos minutos... hasta que un liguero toque en mi hombro me saco de mi fantasía y tuve que volver a enfocarme.

"Sé que no es algo que haya mencionado antes, y-"

Gire y me encontré con Theo, vestido de negro de pies a cabeza como el resto de los presentes, su mano estaba en la solapa de mi abrigo. Su cara era estoica y poco expresiva. 

"Ella... Está aquí... yo-"

Sentí como en un segundo mi pulso se aceleraba y mis pupilas se dilataban, mis manos se volvieron puños.

"¿Estás seguro? ¿La viste?" Le pregunté mientras me giraba y la buscaba con la mirada.

"¡Sí, sí! Pero no estaba sola... la acabo de ver salir al jardín." Dijo inclinando la cabeza hacia las puertas de cristal que daban a un jardín que pocos conocían. "Drake, no estoy seguro de poder hacer esto... no creo poder cumplir-"

Lo interrumpí antes de que pudiera terminar la oración.

"Lo vas a hacer Theodore." Dije definitivamente, "Ahora."

No tardaría mucho tiempo en darme cuenta de lo estúpido e insensible que estaba siendo. Paciencia y comprensión no eran parte de mis virtudes, evidentemente. Luego de suprimir las ganas de salir corriendo a buscar a Jaime, envíe Theo a seguirla. 

Y ahora estaba de nuevo solo, ahogando a mis demonios con una copa encantada de firewhisky que se rellenaba sola cada vez que la terminaba. Los minutos se convirtieron en horas y la fiesta se puso cada vez más revoltosa. 

Sin darme cuenta caí en lo profundo de mis obscuros pensamientos, algo que no me había permitido desde aquella noche luego del juicio. 

La jodiste. Fue tu culpa.

Perdiste tu oportunidad, Malfoy.

Su sangre esta literalmente en tus manos.

ARCON

Es tu pasado, tu presente y tu futuro. 

¿Crees que de verdad puedes salirte de esta?

Te odia. Te lo mereces.

No va ni a mirarte después de que Theo-

Theo puede estar cogiéndosela justo ahora.

El ruido ensordecedor de los que me rodeaban, el fuego que bajaba por mi garganta y calentaba mi estómago, el frío del invierno que se colaba por el vidrio a la habitación; todo alimentaba mi rabia. Lo que había dejado en una esquina de mi mente, el ardor que brotaba de mi Marca para recorrer mis venas y llegar hasta mi cabeza, nublándome la razón... 

Ira.

Intensa y segadora. 

La raíz de todo lo que había sucedido con Jaime. 

La razón por la que no puedes tenerla.

Ese pensamiento en específico detono algo en mí. 

Rompí la copa en mi puño, sangre escarlata comenzó a fluir como un sádico rio por mi antebrazo hasta caer al suelo. Me quede absorto viendo mi sangre, el olor metálico lleno mis sentidos. Unos momentos después escuché que alguien llamaba mi nombre, no estaba seguro de quien fue. No sentía dolor, podía atribuírselo al alcohol o a la adrenalina. 

Pero de alguna manera, la idea llego derrápente a mi mente. 

"Ignis Sanguine." Susurre. 

Inmediatamente se abrió un círculo a mi alrededor, los que estaban más cerca saltaron dos o tres pasos atrás, jadeos de sorpresa y gritos ahogados. Los ignoré. 

Llamas comenzaron a crecer en mi brazo, mi sangre ahora era inflamable. Las flamas envolvían mi piel, y aun así no podía sentir el calor. Una vez más me encontraba contemplando mi Marca Tenebrosa, pero se veía diferente... Se veía mía. Enmarcada en fuego. 

Fuego verde. Irónico.

Quizás sí... 

Talvez...

Puedo hacer que funcioné...

𝓛𝒾𝓀𝑒 𝓜𝒶𝒹𝓂𝑒𝓃 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora