»𝑻𝒆 𝒂𝒎𝒐, 𝒆𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐.

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A d v e r t e n c i a :

Esta historia cuenta con más de 4,465 palabras.

─¿Qué quieres decir?

─Soy gay. ─el silencio se apoderó del lugar.

No sabía qué decir en ese incómodo momento, pero de alguna forma se sentía nervioso.

─¿Me odias? ─Preguntó Shōyō.

Otra vez, silencio.

¿Qué palabras eran las correctas? ¿Tenía siquiera derecho a dar su opinión?

─No. ─Afirmó.

Al escuchar eso el pequeño pelirrojo sonrió radiante como el sol.

Esa expresión le pareció adorable al chico miope, su corazón se agitó y tuvo miedo de empezar a sentir algo más que amistad por quién estaba delante de sus pies.

Bip. Bip. Bip.

De repente se despertó, miró a los lados, totalmente solo. Se tumbó de nuevo contemplando el techo tratando de averiguar por qué había soñado con la vez que descubrió que a Hinata-san no sólo le gustaban los chicos, sino que estaba enamorado de Kuroo Tetsurō.

Incapaz de dormir de nuevo admiro su teléfono revisando los mensajes enviados en line, uno de sus últimos mensajes pertenecía al chat grupal de sus antiguos compañeros de equipo, el nombre del remitente dejo anonadado al rubio.

La puerta se abrió y rápidamente bloqueó su móvil. Los pasos se detuvieron al pie de la cama.

─¿Estás despierto? ─No contestó. Y sin siquiera esperar la respuesta, se acostó a su lado, un pequeño de estatura similar a la de Shōyō.─ ¿Estás pensando en él, cierto?

─Sí.

─Oh, ya veo.

Con la poca luz en la habitación logró distinguir que los ojos del niño de cabello largo se cerraron perezosamente.

─¿Por qué no puedo ser yo? ─susurró.

─Lo siento.

Se disculpó por hacerlo sentir de esa manera. Vio un largo rato al chico frente a él y unos segundos posteriormente se levantó de la cama dirigiéndose al sofá de la sala.

Encendió el televisor cambió el canal cada segundo intentando encontrar algo bueno para ver. Apretó el botón para cambiar de nuevo la programación, y al hacerlo un rostro familiar apareció allí, sí, Hinata Shōyō aprecio frente a él.

Examino su aspecto un par de segundos para luego volver a cambiar el canal. Ya no le importaba tanto.

Al abrir los ojos se hallaba un poco confundido, no recordaba haberse quedado dormido, su vista viajó hasta la puerta entreabierta, buscó a su alrededor, no había señal del chico pelinegro.

Se levantó cansado, caminó pausadamente y se detuvo abriendo completamente la puerta, en el interior no había nadie. Extrañado se aproximó a la cama y sin previo aviso fue empujado sobre el colchón.

Cuando se dio cuenta ya tenía a Kenma encima suyo.

─¡Oh, Santo cielo! ─oyó esa molesta voz─ ¡No hagan eso mientras hay visita!

Kenma lo miró sin decir palabra y tan pronto como vino tan pronto se fue.

─¡Megane-kun! ¿Qué demonios le haces a mi pequeño gatito? ─exclamó con molestia fingida.

─¿Qué está haciendo aquí, Kuroo-san?

─Oi, ¿Es así como tratas a tu visita? Y por sí no lo sabes tengo negocios que atender con Kenma. ─se apoyó en el marco del a puerta─ No te preocupes te lo devolveré en una pieza.

» Te amo, ¿entiendes? ©;; TsukiHina ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora