Capitulo 2.

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La alarma sonó a las 07:00 am, cosa que no me agradaba nada, aunque había dormido muchísimo, no sé por qué razón quería seguir durmiendo, pero lo que me hizo despertarme fue el hecho de que hoy era el primer día de clase, y entrabamos 08:30, no quería llegar tarde y tener que escuchar un sermón del profesor, además de que eso llevaría a llamar la atención de todos, cosa que no me gusta.

Con mucha pereza me levante, mira hacia un costado a ver la cama de Jime, y estaba vacía, supongo que no durmió aquí, quien sabe si en algún momento nos hacemos amigas tal vez le pregunte de su pequeña fuga en el primer día.

Estaba expectante a lo que me iba a encontrar, no podía dejar de pensar, en los alumnos, profesores, en todo, me bañe un poco más rápido que ayer, me puse unos jeans ajustados, un buzo de Nirvana largo que me tapaba el trasero, nunca fui de esas chicas que le gustaba enseñarse, me puse mis Converse negras, peine mi cabello y lo deje suelto, me deliñe los ojos de negro y me senté a desayunar, si lo sé, soy un poco rockera, pero tampoco soy una emo ni nada de eso, y también de vez en cuando soy femenina y huso vestidos.

Faltaban poco más de diez minutos para la hora de entrada, fue cuando decidí agarrar mi mochila y salir, no quería perderme y tener que pedir ayuda y llegar tarde a clase, tomo las notas que me habían dado donde decía todos mi horarios y cada salón correspondiente, mi primera materia: Matemáticas -genial- resople, odio las matemáticas, no se me dan, me complica y me causa dolor de cabeza, comencé a buscar el salón.

Demore un poco en hallarlo, pero lo encontré, todavía estaba a tiempo, asique me decidí a entrar y ubicarme en la última fila, no quería llamar mucho la atención, eehh creo que eso ya lo había dicho pero bueno, me senté y espere a que sonara el timbre y entraran todos mis compañeros al parecer nadie entraba antes de que sonara la campana, creo que era la única anormal que hacia eso.

Cuando empezaron a entrar todos, empecé a entrar en pánico, eran muchos, algunos parecían muy amables, pero había algunas y algunos que solo con la mirada te dabas cuenta, que irradiaban soberbia, egocentrismo, desde un principio sabía que con esas personas no me iba a llevar.

Las horas transcurrieron bastante rápido, no había hablado con nadie, salvo alguna que otra palabra con algún compañero, que se le caía algo y se lo alcanzaba o cosas por el estilo, pero así de mantener una conversación, con nadie.

Estaba entrando en pánico ya que se acercaba la hora del almuerzo y como muchos saben, es donde todos se separan en grupos, y donde los amigos se sientan a comer juntos, mi problema, es que no tenía amigos, no sabía que iba a hacer, creo que haría como hacen en las películas, me sentaría en el suelo al lado del bote de basura.

Sonó la campana de medio día, eso significaba una sola cosa:

ALMUERZO

Lo peor que me podría estar pasando en estos momentos, no sabía que iba a hacer o como iba a actuar si todos se quedaran mirando cómo me siento a comer al lado de la basura, fue entonces cuando se me ocurrió una brillante idea, el árbol misterioso que vi al entrar al campus, esa sería mi salvación, mi idea era ir comprar el almuerzo e irme lo más rápido posible de allí y dirigirme hacia el magnífico árbol.

Entre a la cafetería, mucha gente como era de esperarse, todos hablando y revoloteando por todos lados, creo que en definitiva estaba siendo paranoica y no podía ser tan bestia como para llamar la atención con tanta multitud.

Pero no fue así por supuesto.

Cogí mi almuerzo y me iba feliz hacia el árbol que tenía pensado ir, cuando un pie se atravesó en mi camino haciendo me caer al piso, provocando un fuerte ruido y que todas las personas posaran sus miradas sobre mí.

No, no soy la tipica chica. :)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora