La Tatuadora de Libélulas. | Jenlisa

3

—¿Entonces Jennie y tu irán a una fiesta hoy? —Preguntó Sumin a Roseanne mientras intentaba alimentar al pequeño San, quien solo se divertía mientras escupía su comida.

Era hora del desayuno y la gran familia estaba sentada alrededor de un pequeño comedor para seis en el que, de alguna manera, lograban comer trece al mismo tiempo.

Jennie amaba esto. No solo el hecho de tener una familia, sino el de ser tan unidos como para nunca darse cuenta de lo incomodo que era aquello.

—Si —Respondió con felicidad mientras se apresuraba a comer. Llegaría tarde a sus clases en la universidad si tardaba demasiado—. Taeyeon y Jichuu decidieron quedarse para hacer tontas manualidades.

—Increíbles manualidades —La corrigió Taeyeon desde el otro lado de la mesa.

—Lo que digas, enana.

—Supongo que irás con Lore —Intuyó su madre.

—Así es —Afirmó con una sonrisa. Jennie lo odiaba, sentía que algo no estaba bien con él, pero si hacía a Roseanne feliz no le quedaba nada más que aceptarlo.

—¿Y con quien iras tú, Jennie?

—Iré con Jackson. Nada especial.

Sumin suspiró. Confiaba en Roseanne, pero en Lore no tanto. El que Jennie la acompañara le daba mucha más tranquilidad.

—Pensé que irías con esa chica del restaurante, Jen —Murmuró Taeyang extrañado tras el periódico que leía.

Su corazón se detuvo y sintió las mejillas arder cuando sus diez hermanos y Sumin se giraron a mirarla con los ojos bien abiertos.

—¿Cómo sabes... de eso? —Tartamudeó.

—Estaba reunido con mi jefe en la mesa del fondo. Estoy seguro de que no me viste. Estabas demasiado ocupada mirando ese cuadro del panda... y a esa chica.

—¡¿No pensabas contarme, Jen?! —Se escandalizó Roseanne.

—Fue solo un almuerzo —Respondió apresuradamente—. No fue nada importante.

O si lo había sido, pero no planeaba aceptarlo.

—No parecía ser solo un almuerzo, Jen —Siguió su padre adoptivo. No podía verle el rostro, pero sabía que se estaba riendo de ella.

—¿Es guapa? —Logró preguntar Sumin

Aunque estaba avergonzada dio gracias por la actitud de sus padres. Años antes, cuando les había confesado su preferencia sexual, el ambiente de la casa se había mantenido tenso durante bastante tiempo. Terminaron aceptándola, por supuesto, y ahora eran incluso capaces de bromear con ella.

Se sentía agradecida porque no todos corrían con la misma suerte.

—Bastante —Afirmó. No podía mentir—. Deberías ver sus ojos. Son increíbles.

—Deberías traerla a casa —Sugirió Nath, su hermana biológica, dulcemente. No había curiosidad en ella como en sus padres y hermanos adoptivos, ni enojo como en Roseanne, solo el profundo deseo de ver a Jennie feliz.

—Solo almorzamos, Nath. No es para tanto.

—Yo creo que si lo es. Incluso pagó por ti —Se metió Taeyang, que parecía más interesado en Lisa que la propia Jennie—... Además, no creo que la forma en la que te miraba es algo que deberías dejar pasar.

—¡¿Cómo es que papá sabe más de tu cita que yo, Jen?! ¡¿Acaso no me quieres?! —Continuó reclamando Roseanne.

Jennie tomó un gran respiro y apoyó su frente sobre sus manos. Amaba a su familia, pero era agobiante.