Ohm, el temido líder de la mafia Rosa Roja, es un hombre serio, frío y despiadado, cuya autoridad no tiene rival. Poseedor de un poder y una riqueza que muchos envidian, vive atrapado en una jaula de oro, cargando con una profunda infelicidad y una...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Fluke y Ohm salieron del despacho y subieron a la habitación de Ohm.
-Iré a traer tu pijama para que te bañes -dijo Ohm.
-Está bien -respondió Fluke, observando todo con curiosidad y calma.
Cuando Ohm le entregó la pijama, Fluke decidió entrar al baño. Minutos después, salió vestido con la ropa que Ohm le había dado.
-Ahora me toca a mí. Si quieres, puedes dormir primero -dijo Ohm mientras se preparaba para entrar al baño.
-Te esperaré -respondió Fluke. Quería hablar con él y aclarar el motivo de su relación.
Cuando Ohm salió del baño, encontró a Fluke sentado en la cama, esperándolo.
-Creí que ya estabas dormido -comentó, algo sorprendido.
-No, quería hablar contigo.
-¿De qué? -preguntó Ohm, intrigado.
-Siéntate -le pidió Fluke. Ohm obedeció y tomó asiento a su lado.
-¿Sabes por qué acepté casarme contigo? -preguntó Fluke, mirándolo fijamente.
Ohm frunció el ceño, pensando. En realidad, no sabía por qué Fluke había aceptado tan rápido.
-Tal vez fue por... -intentó decir Ohm, pero Fluke lo interrumpió.
-No fue por tu dinero.
-¿Entonces por qué? -preguntó Ohm, sin entender a dónde quería llegar.
-Acepté porque, desde que te conocí, sentí algo extraño. Cuando te vi herido, tuve la necesidad de ayudarte.
-¿A qué te refieres?
-La verdad, no sé qué siento por ti, Ohm, pero sé que es más que un simple "te quiero".
Ohm tomó las manos de Fluke, mirándolo con ternura.
-Te ayudaré a entender tus sentimientos.
-Gracias por comprender -dijo Fluke antes de abrazarlo. Ohm correspondió al abrazo, sorprendido, ya que nunca pensó que Fluke se mostraría tan afectuoso.
Ambos se acostaron juntos, abrazados con cariño.
-Ohm...
-¿Qué pasa?
-¿Podemos dormir así todas las noches?
Ohm no pudo evitar sonreír.
-Por supuesto. Desde ahora, esta también será tu habitación. Mañana pediré que traigan todas tus cosas.
-Está bien -respondió Fluke, sintiéndose en paz. Pronto ambos se quedaron dormidos.