Ohm, el temido líder de la mafia Rosa Roja, es un hombre serio, frío y despiadado, cuya autoridad no tiene rival. Poseedor de un poder y una riqueza que muchos envidian, vive atrapado en una jaula de oro, cargando con una profunda infelicidad y una...
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Fluke ayudaba a la sirvienta a cocinar, aunque esta insistía en que no debía hacerlo.
-No es necesario, señor Fluke. Déjeme a mí. -La sirvienta trató de persuadirlo.
-Está bien, pero me gusta hacerlo. Además, necesito distraerme -respondió Fluke con una sonrisa.
Cuando Ohm llegó, lo encontró en la sala, esperándolo.
-Al fin llegas -dijo Fluke, acercándose para recibirlo.
-Perdón por dejarte solo esta mañana -dijo Ohm, mientras se quitaba el saco.
-No importa. ¿Quieres comer?
-Sí.
-Yo te sirvo -ofreció Fluke, ayudándolo a quitarse el saco.
-No es necesario, para eso están las sirvientas.
-Pero quiero hacerlo; además, me distrae.
Ohm suspiró, finalmente cediendo.
-Está bien.
Fluke fue a la cocina mientras Ohm lo esperaba en el comedor. Una de las sirvientas observó con una sonrisa cómo Fluke preparaba la comida. Le parecía una escena tierna; tal vez su jefe finalmente había encontrado a alguien que lo amara.
Cuando Fluke regresó, sirvió la comida con cuidado frente a Ohm.
-Aquí tienes. Come.
-Gracias.
-De nada -respondió Fluke con alegría.
-Aun así, insisto en que no tienes que hacerlo.
-Lo sé, pero quiero. Además, soy tu prometido, y lo hago con gusto y cariño.
Ohm sonrió ante la sinceridad de Fluke.
-Está bien. Por cierto, ¿ya conociste a tus nuevos guardaespaldas?
-Sí.
-Mike y Vee estarán contigo siempre; no se apartarán de tu lado.
-Lo entiendo -respondió Fluke, consciente de lo que implicaba ser el prometido de un mafioso-. Quiero preguntarte algo.
-Claro, dime.
-Ya que seré tu esposo y tú sabes todo sobre mí, quiero saber más de ti. ¿Tienes familia?
Ohm suspiró.
-Sí, tengo una familia. Mis padres, dos hermanos y una hermana. Hace años que no los veo, pero sé que tengo sobrinos.
Ohm hizo una pausa antes de continuar.
-Me alejaron de ellos porque no aprueban mi estilo de vida.
-¿Cómo te sientes al respecto?
-Lo entendí. Tenían razón; estar conmigo los ponía en peligro.