Espejismos.

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Había llegado el día de la fiesta. Sinceramente, mis ganas de ir eran nulas pero ya les había dicho a mis amigas que iría con ellas y no les podía cancelar. 

Como salía tarde del colegio debido a los horarios de las materias extra-curriculares tuve que ir prácticamente corriendo a la escuela de danzas. 

Mientras bailaba sentía que nada me salía bien, no tenía fuerzas ni ganas de estar ahí, necesitaba despejarme y no veía la hora de irme. Por suerte, mi mamá me iba a retirar antes para que pudiera llegar bien a la fiesta y no a las corridas.

Llegué a mi casa a eso de las 8:30 p.m. Me tomé un baño y me cambié la ropa. Nunca fui de esas típicas chicas que aman ser femeninas y todo eso, a mi me gusta estar arreglada y a la vez cómoda. Me había puesto una pollera tiro alto negra y un top fucsia, asombrosamente me sentía más o menos bien conmigo misma. 

Me planché el pelo, me maquillé y llamé al remis para que me venga a buscar y así ir a la casa de mi mejor amiga, Agostina.

"... la belleza está en el interior, aunque no te satisface que te digan que como persona eres mejor, te valoras poco y tu autoestima roza el suelo..." Esa canción me atormentó todo el viaje. Sentía que cada palabra de Porta iba dirigida a mi, como si estuviese cantándomela en frente mío. 

Cuando bajé del remis, estaban todas mis amigas esperándome. Habián pedido pizza, ¿Dije que es la comida que más odio en el mundo? Bueno, lo es. Y sí, soy rara. Debo de pertenecer a ese 0,0001% de personas a las que no le gusta la pizza. 

Lo único que escuchaba de mis amigas era "Julieta, ahora que te veo así vestida me dí cuenta que estás mucho más flaca" "Julieta, ¿Podés comer?" "Julieta, tenés que comer algo " Julieta, Julieta, Julieta, todo eran reproches. Ni que fuesen mis madres. Amo que se preocupen por mi, pero ya es molesto cuando no entienden que no quiero. Para darles el gusto intenté comer algo de esa asquerosa pizza y me lo agradecieron. 

- Bueno chicas, dentro de dos horas vamos al boliche-

- Agos, ¿puedo ver el partido?- le pregunté. Como amo el fútbol,no pensaba perderme el partido que jugaba mi equipo favorito.

- Si Juli, miralo.

Me quedé esas dos horas mirando el partido y gritando los goles. Estaba muy pero muy feliz y ya quería empezar la noche con mis amigas para festejar. Mientras esperábamos al remis, tomamos unas cervezas y unos tragos que habíamos preparado.

- Ahí vino el remis. ¡Ésta noche es nuestra!- Gritaba Zoe por toda la casa.

Salimos para entrar al remis y en el transcurso del viaje lo único que hicimos fue gritar y cantar lo que se les ocurra.

- ¡Llegamos pequeñaaaaaaaaaaaaaaaas!-

Bajamos del remis para ya entrar al boliche y que sea una de nuestras mejores noches.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2015 ⏰

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