Ví como te ibas, como te alejabas lentamente hasta lugares que, para mi, eran imposibles de alcanzar.
Sentí como la mano que me había guiado hasta la felicidad, se convertía en una niebla grisácea que lentamente se disipaba, dejando tan solo el cuerpo de lo que antes fue una persona.
Ahora simplemente soy un recipiente, el recipiente de un corazón palpitante. Un corazón que, junto a ti, pudo sentir nuevamente. O al menos hasta que el tuyo dejó de latir.
Ya no puedo ver la nieve sin imaginarte entre esos bellos copos. No puedo sentarme bajo el cerezo sin sentir como te apoyas a dormir en mi hombro. Y sobretodo ya no puedo irme a la cama sin recordar el momento en el que la luz de la vida desapareció de tu rostro.
¿Por qué me dejaste?¿Por qué no me avisaste? Prometiste estar conmigo hasta que las estrellas dejaran de brillar, hasta que los mares se secaran y la Tierra dejara de girar alrededor del sol.
Pero aún así me abandonaste.Tu me salvaste, más nunca me permitiste devolverte el favor.
Solo pude escribirte una última carta.De: Mi
Para: TiEste texto está escrito sin géneros ni descripciones para que uno se imagine la historia como guste.
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Tinta de sangre
Historia CortaCortos relatos hechos con palabras al azar. Estos escristos están echos especificamente para que sean como una astilla clabada en el corazon de quien le gusten. Yo dejo en constancia que pueden doler como pueden dibujarte una sonrisa.