Si me hubieses visto llorar tanto hasta dormirme agotada, tal vez no me hubieses dicho eso.
Si supieras lo que me dolía tenerte tan cerca pero a la vez tan lejos, puede ser que hubieses abierto tus preciosos ojos y por fin me mirases.
Si no me hubieses hecho limpiar tus lágrimas, para que tu luego causaras las mías, esto dolería menos.
Si hubieses descubierto al menos una de todas las miradas furtivas que te echaba ¿te habrías dado cuenta?
Pero he de aceptar que nada de eso pasó y por mucho que me duela tengo que seguir adelante. Porque es lo único que me queda.
Imaginarme un futuro mejor solo causa que la realidad duela el triple.