Magic (L.S.)

CAPITULO 3

Harry deja de reír mientras prepara la cena. Sarah es una chica del programa en el que estaba, joven y bonita, eso es lo que llamó la atención de Ricky. Ella viene para que pueda tener "buena comida y ver lo buena que es la vida cuando estás fuera" pero Harry sabe que en realidad es porque a Ricky le gusta. 

Harry era Sarah en un punto.

"Tu casa es tan linda" se ríe. Harry le sonríe y asiente con la cabeza.

"Gracias" murmura. Agita lentamente los fideos en la olla y espera que esta noche termine pronto. Ricky no le ama a ella. Ella no importa. Ella se irá pronto.

"Entonces ¿tienes trabajo?" Ella sigue haciendo preguntas a Harry y él quiere decirle que se calle. Ricky se sienta en su silla y lee el periódico mientras acosa a Harry en su propia casa.

"No" Harry responde en un tono burlón y el dolor destella a través de sus ojos, pero Harry disfruta de eso. Ella se acuesta con su novio para que pueda burlarse de la forma en que habla.

"Harry" la voz de Ricky atraviesa la habitación y Harry se congela ante la advertencia. Se traga todas las palabras que quiere gritar y se vuelve hacia la chica.

"Lo siento. No tengo trabajo. Cuido de la casa" responde Harry en monótono y ella sólo asiente, pero afortunadamente se aleja de él. Él suspira mientras escucha a Ricky empezar a coquetear con ella y sus ojos se mueven para mirar por la ventana. Puede ver a sus vecinos haciendo barbacoa en el patio trasero. Niall está en la parrilla y Sophia se está riendo con él. Liam está sentado en una silla con una cerveza y Louis está sentado en la cubierta con libros esparcidos a su alrededor y su vaso colgando de su nariz. La vista entristece a Harry porque nunca consiguió eso.

"¿Casi terminas?" La ronca voz de Ricky lo hace saltar, pero Harry asiente despacio y cierra los ojos.

Le encanta estar aquí. Le encanta Ricky. Son felices. Felices y enamorados.

"Sí. Si quieres sentarte, puedo servirlo" se las arregla Harry para hablar. Él oye las sillas raspar detrás de él y se obliga a poner una sonrisa en su cara antes de que se vuelva hacia su novio y la puta. Él realmente no debería sentirse así con ella, pero ella está durmiendo con la única persona que tiene en el mundo.

Los dos hablan entre sí y Harry se siente más como un servidor que una persona real. Se sienta en silencio cuando todo está listo y poco a poco comienza a comer de su plato.

Los dos lo siguen, pero su propia conversación privada continúa. Harry desea que Ricky por lo menos lo mire o elogie su comida. El hombre solía mirar a Harry como si fuera su mundo y ahora parece como si deseara que Harry ni siquiera esté ahí.

"Uh, Harry vamos a salir ¿Estás bien si te quedas a limpiar?" Ricky habla y Harry quiere gritar que no está bien con eso. Quiere tirar su plato sobre la mesa y quiere llorar, pero el puro miedo lo detiene. No quiere que le peguen ni le griten. Sólo quiere hacer feliz a Ricky.

"Sí, está bien. Diviértanse" se ahoga con sus palabras. Mira mientras se ríen y sonríen, cierra los ojos mientras escucha la puerta principal cerrada. Su corazón se golpea contra su pecho y un sollozo se le escapa mientras el coche arranca. Rápidamente agarra su plato y lo arroja al suelo viendo el vidrio romperse.

Esto no es justo. Se supone que están enamorados. Harry esperaba estar casado ya. Esperaba felicidad, fuerza y ​​protección. Su cabeza descansa sobre la mesa mientras llora y su cuerpo tiembla con la tristeza que lo llena. Ama tanto al hombre y no puede ser suficiente para él. 

Nunca es suficiente para nadie.

Se calma lentamente y se pone de pie sobre sus piernas temblorosas. Se inclina y recoge los trozos de su plato y la comida esparcida en el suelo de baldosas. Recoge todo de la mesa y guarda las sobras. Limpia la casa de nuevo y todo huele a desinfectante, le recuerda su tiempo en el hospital abandonado por Dios.