Me estoy acostumbrando a las apariciones repentinas de Lucas durante el día y a que sea mi compañero de tragos en la noche, claro soy quien bebe más, él solo toma una botella de cerveza mientras me ve perder el control de mi ser e ir directo hacia la locura.
Las veces que él no aparece en la universidad, yo lo observo de lejos tratando de comprender por qué se empeña tanto en ayudarme. Si fuera cualquier otro, ya hasta estaría fingiendo que no se relacionó conmigo, yo misma formo parte del cualquier otro. Lo admito y no me da vergüenza hacerlo. Ese es el único gran cambio que ha tenido mi normalidad, de resto sigue exactamente igual. Me encantaría que mi padre se lo llevara un huracán así como llegó Lucas, pero como dicen por ahí, las cosas a veces no son como uno quiere, por eso mi papá aún no se lo come vivo un perro o lo atropella un camión.
-Mujer, deja de andar pensando en Narnia y de mirar a Lucas como si fuera un criminal o algo parecido.
-Si hablamos de lo que debo hacer, tú también deberías agradecerme por entregarte en bandeja de plata a tu presa.
-¿Puedes dejar de llamarlo así? Ambas sabemos que ya no es presa – se encoje de hombros con una sonrisa de idiota en la cara. Qué bonito, yo creé al monstruo.
-Sigo sin escuchar lo que debo escuchar y tú sin decir lo que debes decir – hago que mis pestañas revoloteen un par de veces junto con una linda sonrisa de niña empalagosa y molesta, que es justo como me siento en estos momentos.
-Gracias a ti, verdadero amor de mi vida y confidente, logré tener al hombre que estaba siendo cazado por mí ¿Sabes? Debería dejarlo y casarme contigo – me lanza un beso.
-¿Ves? No era tan difícil y claro tú dime dónde, cuándo es la boda y todo resuelto – le guiño un ojo.
-Ahora sí, hablando en serio ¿Qué tanto miras a Lucas? Me lo desgastas y lo necesito para matemática. Su carrera no tendrá nada que ver con ellas pero las entiende y me ayuda, a diferencia de cierto personaje que las entiende también pero se niega a darme clases – cuento corto. En una de sus tantas visitas, se enteró que Sky necesitaba ayuda y se ofreció. Ahora es profesor de matemáticas gratis.
-Lo hago por tu bien, no soy nada paciente y podría terminar gritándote cosas muy crueles e hirientes, así que mejor que Lucas siga siendo tu profesor, me comprometo a no desgastarlo. Palabra de honor – alzo mi mano izquierda y coloco en el corazón mi mano derecha.
-Si bueno, también me gustaría que dejara de ser tu compañero de copas. Te lo he dicho una infinidad de veces, no vas a avanzar si continúas así solo-
-Solo voy a conseguir una cirrosis crónica, una gran represalia por parte de mis padres, que deje de estudiar derecho, que mi tía y mi hermano se preocupen más por mí de lo que ya lo hacen y todo por culpa de mi incapacidad para superar lo que ya es pasado. Lo sé Sky, créeme que lo sé, ya no es necesario que me lo repitas.
-Si lo sabes ¿Entonces por qué no dejas de hacerlo para evitarte una experiencia que no quieres? – suspiro y comienzo a apretar mis manos sobre mis muslos por debajo de la mesa.
-Aprecio que te preocupes por mí, pero descuida que estoy retomando el control ¿No eres tú quien dice que cada uno tiene su tiempo de recuperación? – mantengo mi vista gacha y finjo una pequeña sonrisa para aligerar la tensión.
-Es cierto, soy quien lo dice constantemente y no dudo de lo que digo, pero tu tiempo aparece cuando aceptas tu situación. Te lo volveré a preguntar ¿Entonces por qué no dejas de hacerlo para evitarte una experiencia que no quieres, linda? – me inmovilizo "Linda", La pequeña sonrisa para aligerar la tensión desaparece sin dejar rastro y mi respiración se vuelve casi nula. En serio, creo que dejé de respirar.
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Un mismo problema
Teen FictionTabernas, clubes nocturnos o bares, llámalos como quieras porque todos tiene la misma función. Ir a tomar un trago, bailar toda la noche, conseguir ligues de un solo momento; ya sabes. Para nosotros serán simples sitios dónde quedar noqueado, pero p...