#𝟎𝟑

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Habían pasado dos semanas desde que su pareja se embarcó en aquél viaje de negocios, ocasionando que su relación repentinamente sufriera un hueco que jamás imaginó a lo largo del camino

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Habían pasado dos semanas desde que su pareja se embarcó en aquél viaje de negocios, ocasionando que su relación repentinamente sufriera un hueco que jamás imaginó a lo largo del camino. Hinata había perdido la cuenta de las veces que perdió la oportunidad de llamarlo y así hablar con él para saber cómo se encontraba, qué era de su vida desde entonces y cómo le estaba yendo allí. Estaba preocupado, lo normal. Y, no sólo eso. En realidad, no quería admitirlo para evitar sonar paranoico y desesperado, pero ciertamente se sentía un poco ignorado en los últimos días.

Recordando las pocas veces que consiguió hablar con Atsumu, –su futuro esposo– cayó en cuenta de que sus conversaciones sólo duraban unos miserables minutos contados con los dedos. "Era un viaje de negocios" se repetía una y otra vez, con la intención de justificarlo. "Está ocupado", "Tiene mucho por hacer", "No puede distraerse". Justificación tras justificación lograron calmarle un tiempo, pero el hecho de que siempre entrase un tercero a interrumpirlos, una misma persona, comenzaba a tocarle la puerta de la desconfianza.

"Un tercero."

Entonces, estás desesperado.

Una sonrisa se curvó en los labios de su mejor amigo Tooru, mientras observaba como se movía con inquietud sobre su asiento. Ansioso e inquieto, como siempre, pero debía admitir que le gustaba esa parte energética de él. Después de todo, lo caracterizaba.

— Quizá.— Se atrevió a admitir tras divagarlo un poco, pues no tardó en escuchar las quejas de Bokuto, causando que aquello se escuchara a la perfección ante la cercanía que mantuvo con su móvil. Aunque no era nada. nuevo para sus oídos, por más que quisiera disimularlo –lo cuál, ni siquiera intentaba– sería en vano, pues ya todos sabían lo mal que su prometido le caía.

Kenma, el rubio que actuaba como soporte emocional en su pequeño grupo de amigos, por su parte bufó con fastidio por las quejas de Kōtarō.

Se va por dos semanas y se olvida de su futuro esposo. ¿Lo ven?— Soltó el antes mencionado, frunciendo su nariz.— Seguro la está pasando de maravillas, mandándose algunas ahora que está lejos.

— No es necesario que hables mal de él, Bokuto.— Reprochó Kozume, removiendo sus largos mechones de cabello. Aunque, en cierta parte, debía de admitir que quizás tenía un poco de razón. Sin embargo, su deber era analizar todas las opciones posibles.— Deberías pensar en que su trabajo es distinto al de cualquiera de nosotros, deben de exigirle demasiado.

— ¿Qué importa?— Se entrometió el pelimarrón, cruzándose de brazos; con su pequeño ceño totalmente fruncido.— Lo que sea que esté haciendo lo mantiene ocupado. Bien ocupadito. No deberías preocuparte por él, estamos en las mismas situaciones. O bueno, es decir, ¡también deberíamos estarlo!

— ¿Quieres decir que no importa si es infiel?

— No lo digas como si lo asumieras, Bokuto.— Bufó.— Es imposible que sea infiel luego de todo el cariño que te ha demostrado.— Enfatizó para el pelinaranja, jugueteando con un bolígrafo cercano en su escritorio.— Todos somos conscientes de ello, y tú.— Señaló al criticador personal de Miya Atsumu.— Deberías dejar de dudar de él sólo porque te cae gordo.

ホット stripper ━ kagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora