Capítulo 8

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Adrián

El fin de semana pasó súper rápido, hablé con Sofía y le agradecí por el dato pues eso había provocado que me pudiera acercar un poco a Alessandra, nuestro Jefe cuando se enteró me felicitó, pero esto me complicó todo, ahora me dio un mes y medio como máximo para que tuviera la confianza de ella por completo.

Sé que no debería de meterme en cosas que no me incumben pero ya tengo límite y utilizaré todas mis oportunidades y sé que la puerta que puedo abrir es esta semana que ella se aleja de todos, por lo poco que me contó Sofía, ella pide esa semana sus vacaciones en el trabajo, el grupo no la molesta, es como si ella no existiera esa semana.

Hoy los chicos organizaron que saldrían de fiesta, me invitaron, pero me negué, pues iré al departamento de Alessandra y trataré que me deje estar con ella, soy nuevo con ellos por lo tanto me haré como el que no sabía nada de eso. Son las 5 de la tarde y me encuentro fuera de su departamento y no sé si me arrepentiré de esto pero ya estoy aquí así que levantó mi mano y con los nudillos tocó la puerta, esperando pacientemente que ella me abra.

Pasan unos minutos cuando escucho como quitan seguro a la puerta, abre y me sorprende por que siempre he visto a Alessandra arreglada y en estos momentos la veo con una sudadera grande, unos pantalones de pijama, descalza, con el cabello alborotado y con rastros de lágrimas en sus mejillas.

― ¿Qué quieres? ― pregunta en tono tajante.

― ¿Estás bien? ― no estoy fingiendo preocupación, en serio me sorprende y me preocupa verla así.

― Que te importa, ¿A qué vienes? ― contesta con tono borde y veo sus ojos brillosos por las lágrimas que está reteniendo.

― Vengo a pasar tiempo contigo ― levantó las bolsas que llevo con frituras, gomitas, una botella de vodka y un frasco de Nutella, ― quedamos en que me darías una oportunidad para ser tu amigo,¿Recuerdas?, aparte ahora que te veo así no te dejaré sola.

― Mira, puede que te haya dicho eso y tal vez lo cumpla, pero en estos momentos no estoy de humor para estar intentando nuevas amistades,así que puedes largarte.

― Quiero decirte que en ese estado no te dejaré sola, así que tú verás,me quedaré aquí afuera hasta que me dejes pasar. ― contestó rápidamente, mientras detengo la puerta que estaba a punto de ser cerrada.

― Haz lo que quieras ― cierra la puerta y suspiro, pero cumpliré lo que le dije, así que me siento enfrente de su puerta, sacó una bolsa de fritura y sacó mi celular.

Pasa alrededor de 2 hora y media en las que hablo un rato con Sofía a la que le cuento lo que estoy haciendo y me dice que no me meta en este tema, escucho un poco de música, cuando veo a Alessandra asomarse para asegurarse que me haya ido y cuando me ve suspira y niega.

― En serio no te iras ― dice con cansancio.

― Te dije que no me iría.

―Podremos hablar la próxima semana, si lo que te preocupa es que no cumpla con lo que dije.

― Eso no es lo que me preocupa, dije que no te dejaría sola en ese estado y aunque me toque estar aquí afuera no me iré. ― puede que mi trabajo sea ganarme su confianza, y sé que la próxima semana podría hacer cosas para ganarme fácilmente su confianza, pero no soy un insensible, ella la está pasando mal y no la dejaré así.

― Bien, pero no te quedarás mucho tiempo. ― advierte con resignación, a lo que yo asiento, me levanto del suelo y entró a su departamento.

Su departamento está casi a oscuras, solo por una pequeña lámpara que alumbra un poco la habitación, las ventanas las tiene cubiertas, lo poco que logro ver es que en su mesa de centro tiene una caja de pañuelos, en el suelo tiene un bote para basura, sobre el sofá tiene una caja que se ve que en su interior tiene fotos, ella pasa por delante mío y recoge unas fotos que tenía afuera y las mete en la caja, se la lleva a su cuarto, mientras tanto yo coloco las bolsas en la mesita y tomó asiento en uno de sus sillones.

Bajo Una MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora