01: La nieta de la música.

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Capítulo 1
La Nieta De La Música

.Daniel.

Los angustiosos rayos de sol se cuelan por la ventana dándome de lleno en el rostro. Me levanto de la cama con mucho dolor de cabeza, parece que hay mil terremotos dentro de mi.
Arrastro los pies hacia el armario, me pongo unos vaqueros negros y unas tirantas de color blanco que se ajustan a mi cuerpo, algo básico, no tengo ganas de arreglarme. Tengo tan pocas fuerzas que ni si quiera me peino, simplemente me arreglo el pelo sacudiéndolo con delicadeza con mis manos y me pongo mi típico gorro.

La verdad que me caracterizo por llevar mis típicos gorros. Me gustan demasiado, además es una perfecta excusa para cuando no tienes ganas de peinarte.

La ropa que me puse ayer está tirada por todo el suelo, junto a mis llaves. Tuve que venir bastante bebido porque no recuerdo cuando llegué.

Solo se que salí con mi mejor amigo a la fiesta que organizaba mi hermano mayor en su apartamento, de lo demás no me viene imagen ninguna.

Por ello no tardo más de dos segundos en agarrar el móvil y llamarle para saber en que la cagamos esta vez.
Mi presentimiento me dice que pasó algo bastante malo, cosa que no me extraña sabiendo como actuamos cuando estamos juntos.

Localizo a Tony en los contactos y pulso a "llamar" pero como siempre, el teléfono comunica.
Le maldigo entre dientes y tiro el teléfono hacia la cama con la mala suerte de que cae en el suelo, pero ni me molesto en recogerlo.

Me duele demasiado la cabeza como para hacer el mínimo esfuerzo.

Me dispongo a ir al salón para desayunar, me siento en mi pequeña mesa esperando a que alguien amable y simpático se ofrezca a hacerme y servirme el desayuno. Pero al momento recuerdo que vivo solo...

«Esto de haberme independizado no lo llevo del todo bien»

Tengo bastante hambre, por lo tanto me hago unas tortitas a duras penas.
Termino teniendo la misma hambre que cuando empecé a hacerme el desayuno, ya que solo me puedo comer una, la única tortita superviviente, las demás han muerto incineradas.

Agarro el tenedor con ganas infinitas de comer pero en este mismo momento suena el teléfono, sinceramente no tengo ganas de levantarme pero me supongo que es Tony y por mi bien debo contestar si quiero saber lo que hice a noche.

En efecto, cuando contesto, su voz de idiota penetra en mis oídos.

-¿Qué pasa tío?

-Ya me puedes estar contando lo que ocurrió a noche en la fiesta -le espeto con mi mal humor de por las mañanas.

Tras mi pregunta, la línea se llena de silencio.

-No fastidies ¿Pasó algo grave, verdad? Cuando te quedas callado es porque no quieres hacerme cabrear.

-¿No has visto Instagram, cierto?

-No, me acabo de despertar -respondo.

-Me parece que ayer le regalaste demasiados cariñitos a Verónica.

El Silencio De Mi VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora