Todo por ti- Larry Stylinson

Capitulo 1, la llegada.

Gemma corrio hacía la puerta de entrada con una amplia sonrísa en su rostro al escuchar el timbre, su amigo de la secundaría, Louis Tomlinson, vendría a pasar un tiempo en su hogar hasta que pudieran arreglarse sus problemas familiares que tenia en Doncaster.

¡Louis! -Grito la alegre muchacha mientras que se lanzaba al cuerpo del joven para brindarle un calido abrazo de bienvenida.- ¿Como has estado? Pasa, joder.

El castaño entro y admiro todo el lugar el cual iba a ser su hogar por un largo tiempo. La madre de Gemma, Anne, salió con una sonrísa de la cocina para recibir al ojiazul.

Hola señora Cox. -Saludo Louis con una sonrísa y un abrazo. Hacía mucho tiempo que no veía a su segunda madre. Siempre había tenido aquella amistad inseparable con Gemma, pero por problemas económicos en Holmes Chapel, tuvo que mudarse  con su familia a otro sitio en donde crecerían notablemente.

Harry P.D.V

La música de Sleeping with sirens sonaba en mi habitación mientras que yo salía de la ducha para enfrentar otro día.

Salí con una toalla enrollada a mi cintura directamente hacía mi armario, allí buscaría algo que ponerme. Para mi suerte, era sabado y podía hacer lo que quisiera, sali con amigos o simplemente quedarme en mi casa y mirar algunas películas.

Me coloquè unos pantalones negros ajustado y una remera blanca un poco mas amplia de lo que mi cuerpo era pero no demasiado.

Al bajar las escaleras y adentrarme en la cocina, salude sin mirar quien se encontraba en aquel espacio de la casa. Tome una manzana de la canaste de frutas que se encontraba arriba de la mesada, la lave en el lavaplatos y al voltear me encontre con mi madre, mi hermana mayor y un muchacho al que realmente no conocia pero, era demasiado apuesto.

Tenía ojos azules, intensos, me recordaban al mismisimo mar. Una cabellera castaña adornaba su cabeza mientras que unos labios finos pero apetecibles terminaban de completarlo y hacerlo en chico más perfecto que alguna vez haya visto.

Sacudí mi cabeza y me sente en la mesa en donde se encontraban.

No salude, era bastante tímido cuando de saludar a personas desconocidas se trataba. Sin embargo, parecía que a aquel muchacho no le molestaba socializar con personas nuevas. 

¡Hey! Soy Louis. -Me extendió su mano la cual tome y sacudí ligeramente en forma de saludo. Una sonrisa se asomo por sus labios, definitivamente, afirmando mi pensamiento anterior, era el chico más perfecto que habia visto.

Harry. -Susurre apenas mientras que soltaba su mano y mantenia mi vista en la mordida manzada.- Me llamo Harry.

El castaño palmeo mi hombro de forma amigable y yo, sonreí ligeramente. Él no había podido notarlo debido a que mi vista se encontraba baja y que, estaba muy concentrado charlando divertidamente con mi hermana y mi madre.

Gemma me había hablado de él, no mucho pero lo había hecho. Sabía que, el ahora muchacho nombrado Louis, era un compañero de la secundaria de mi hermana pero que por ciertos temas, se había mudado a otro lugar. Por fortuna, no perdió contacto con Gemma, se ve que eran muy unidos.

Tosi suavemente llamando la atención de todos en la cocina.

Gemma.. Podrias... -Señale con mi cabeza el living. Ella, sin decir nada, se levanto y camino hasta allí, yo la segui detras.

¿Que sucede, Harold? -Me pregunto mientras que apoyaba su cintura en la mesa que se ubicaba en el living.

¿Por qué está aquí? -Indague. La verdad es que no sabia que hacía aquel muchacho aquí y tampoco sabía porque había tantas maletas en la entrada. ¿Acaso mamá viajaria? ¿O quizas Gemma? ¿O nos iríamos todos en un viaje sorpresa?

¿Recuerdas a Louis, verdad? -Yo solo asentí una vez mientras que aun comia de mi manzana.- Bueno, el tiene problemas en Doncaster y se quedara a vivir con nosotros un tiempo.

No pude tragar lo que había comido de la manzana al escuchar aquello. Louis, ese apuesto chico, se quedaría a vivir en nuestra casa, tendría que convivir con el, compartir cosas con el, y sabía que no iba a ser por un corto tiempo.

Sabía perfectamente lo que esto significaba para mi. Terminaría por gustarme y jamás se fijaría en mi.