Kamigami no Asobi [Oneshots] Español/English

Takeru x Yui [Español]

¡Bienvenidos a este nuevo libro!
Será un conjunto de oneshots de este no muy conocido juego (bueno juegos, porque son dos) y anime~
Sinceramente es una lástima que sólo este disponible en japonés, pero bueno.
Para las personas que no han jugado y sólo han visto el anime: Esta historia es lo que pasa luego de que Yui se va para el mundo de la mitología japonesa en la ruta Takeru. Es una pequeña historia de lo que pasaría según yo ahí. Debo decir que además tiene un poco del final del destino y no sólo del amoroso, ya que hago mención a Yamata no Orochi que es el monstruo que derrotan en el Fate Ending. Aquí es el familiar de Yui. O sea lo derrotan y Yui lo conquista como familiar y puede cambiar de espada a serpiente gigante y sólo ser usado por ella.
Además Yui es la sacerdotisa y esposa de Susanoo, o sea Takeru Totsuka.

¡Disfruten!
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¿Hilos del destino?

Si me hubieran dicho alguna vez en mi vida sobre la increíble aventura que llegaría un día, sobre la locura que viviría por todo un año acompañada de dioses; definitivamente no lo hubiera creído nunca. Si me hubieran dicho que con cada pequeña acción mi destino tomaria un rumbo totalmente anormal para una humana como yo, nunca hubiera escuchado esas palabras.

Si hubiese sabido lo que me esperaba en el futuro seguramente hubiera renunciado. Si, esa era la yo de esa época, la yo que estaba atascada en su vida y no sabía que rumbo tomar, la que quería huir de sus problemas. Pero esa yo ahora no existe.

-¡Kusanagi!- la voz áspera pero dulce de una persona conocida me llamó a lo lejos mientras caminaba hacia mi con su armadura plateada y la espada totsuka en su mano.

Desde hace seis meses guié a los dioses a la graduación y decidí venir al mundo de la persona que había robado mi corazón. Hace un año y medio fui llevada al jardín en miniatura y obligada a enseñar sobre el amor y los humanos a dioses de distintas mitologías, una locura que no podía creer una simple humana como yo... Pero ahora, ahora era diferente. Con el paso del tiempo me fui acostumbrando a los caprichos del señor Zeus e incluso el cambio repentino de estaciones me pareció normal, conviví con todos los distintos dioses que conocí e hice amigos irremplazables.

Entonces eventualmente fui conociendo más al dios que parecía odiarme.

-Oh. Takeru-san, ya terminamos por hoy. El demonio que el señor del Palacio nos había pedido exterminar ha sido derrotado- Mi voz salió alegre como de costumbre mientras veía a la persona frente mío tocar una de mis mejillas con delicadeza.

Si, ese dios que me odiaba al inicio. Takehaya Susanoo no Mikoto, resultó ser el más amable y confiable de todos los dioses. Nos fuimos conociendo poco a poco hasta entablar una amistad, amistad que eventualmente se volvió amor hasta el punto que no pude soportar la idea de vivir en un mundo donde tendría que estar separada de él. Así que lo seguí al suyo abandonando todo cuanto conocía anteriormente, fue una difícil decisión pero no soportaría la idea de vivir alejada de esta persona.

-¿Derrotado?- Takeru me dio una sonrisa de medio lado mientras luego fingia poner un tono de molestia y soltaba mi rostro para apuntar con uno de sus dedos al suelo. Sabía lo que significaba así que sólo pude sonreír inocentemente mientras me agachaba para recoger en mi brazo una pequeña serpiente de color negro azulado y luego volver a mirar a mi dios a los ojos.

-Je je, fue por impulso. Además este chico no es malo- Mi excusa habitual salió a flote mientras sonreía ampliamente a la pequeña serpiente, que subía todo mi brazo hasta llegar a mi hombro derecho y enroscarse suavemente alrededor de mi cuello recostando su cabecita en mi hombro.

-Esta es la cuarta serpiente que rescatas esta semana Kusanagi- Takeru suspiró pesadamente con un tono que pude identificar como "No tiene caso, me rindo" y como siempre me dejaba hacer lo que yo quisiera -Para ser mi sacerdotisa eres bastante problemática, un hierbajo problemático.

Diciendo eso pude ver como una sonrisa se pintaba en su rostro mientras me daba un par de palmadas en la cabeza y luego frotaba el lugar con un poco de fuerza, como el gesto que le haces a un niño pequeño. Sabía que había sido broma ese gesto, incluso lo de "hierbajo" sabía que era el apodo por el cual le gustaba llamarme en la academia pero ahora, sólo ahora, me hizo molestarme un poco.

-No te molestes mi sacerdotisa, tu bondad es admirable. Incluso para un dios violento como yo, que aleja a todos y sólo les causa daño, eres la única persona capaz de aceptarme como soy. Esa es una de las razones por las que te amo, mi esposa- El enojo fingido que tenía se disipó por completo en cuanto escuché sus palabras. No era común recibir tales frases de su parte, no precisamente porque no las sintiera sino porque su vergüenza y rudeza para amar tomaba lo mejor de sí mismo. Por esa simple razón, por palabras como esas sentí mi rostro arder como si fuera la primera vez.

Si iba a decirme algo asi cada vez que recogiese un nuevo familiar, lo haría mil veces.

-¿Estas feliz sólo con oír eso?- Sin darme cuenta en qué momento lo brazos de Takeru me rodearon por completo y cuando abrí los ojos sólo pude ver su pecho mientras mi mejilla se pegaba a la ropa negra que llevaba -Que fácil de complacer eres, pero yo no estoy satisfecho sólo con esto...

Sin saber en qué momento luego de escuchar en un bajo tono esas palabras, al pestañear puede ver como ya estaba siendo cargada estilo princesa y llevada por el dios del mar en sus brazos. Pude sentir mi cara arder en el momento en que suavemente sentí unos labios húmedos sobre mi cuello, sabía ha donde iba a llegar esto y no pude evitar que mi boca hiciese un pequeño sonido.

-Hey, serpiente, estas en el medio- A las palabras de Takeru la pequeña serpiente que se encontraba en la base de mi cuello simplemente me miró y luego bajó hasta quedar en uno de mis brazos enroscado. Y una vez tuvo el camino libre pude seguir sintiendo la dulce sensación que parecía querer llevar mi cordura.

-¡Takeru-san!- En cuanto mi pequeño grito desesperado fue oído, el ataque en mi cuello cesó para ser recibida con una sonrisa y un par de ojos dorados que me miraban como si fuese lo único en el mundo.

-Cuando lleguemos a casa te volveré a mostrar todas las formas en las que te amo- Fue todo lo que le oí decir mientras me ajustaba en sus brazos y dándome un leve beso en la frente empezaba a caminar hasta nuestro hogar junto a un nuevo compañero.

-¡Sip!

-Además, quiero ver los celos de Orochi en cuanto lleves a otro hijo más.