03

9 4 0
                                    

-Te llamaremos luego -el tono irónico en el comentario de Samantha casi me hace soltar una risita, pero me contuve al darme cuenta de que mi amiga estaba verdaderamente cabreada -¿Nos dijeron lo mismo a las dos y aún así me pides que me relaje? Escuché esa frase miles de veces cuando quise dedicarme a esto hace algunos años, las dos sabemos de sobra que es solo un "No" disfrazado.

Los tres nos encontrábamos en mi habitación y mientras Sam caminaba de un lado a otro con las manos en la cintura Liam y yo nos mirábamos con un destello de burla en el rostro. Nuestra amiga era realmente exagerada en algunas ocasiones, un claro ejemplo de eso que dicen de que las pelirrojas están locas.

-Eres demasiado pesimista -murmuro Liam tirándose en la cama junto a mí-Deberías tomártelo con más calma, te harás vieja antes de tiempo.

-No he pedido tú opinión -gruñó la pelirroja cruzándose de brazos y dejándose caer sobre la cama tambien haciendo un puchero con sus labios -De verdad creí que sería nuestra oportunidad

Los tres quedamos acostados uno al lado del otro mirando al techo dejándome a mí en el medio. La mano de Liam rozó la mía, momento en el cual aprovechó para dejar una ligera caricia en la parte superior de mi muñeca, ignoré ese hecho y me hice la desentendida justo en el momento en que los músculos de mi cuerpo se tensaron en respuesta al contacto de sus dedos en mi piel, me incomodé y de forma disimulada me senté en el colchón y me giré hacia ellos para mirarlos.

-¿Y si salimos a tomar algo? -mi sugerencia hizo que ambos me miraran con una sonrisa en el rostro.

-Me parece bien -asintió Samantha dándole a Liam una mirada cómplice. Ambos se levantaron de la cama y gritaron al unísono:

-¡Pero pagas tú! -y ambos se echaron a correr como almas que lleva el diablo. Me tomó un momento reaccionar pero cuando lo hice fui tras ellos gritando un "No es justo" a todo pulmón, pero no valió de nada.

La desesperante de mi amiga, pidió y suplicó que fuéramos a una cafetería que quedaba cerca de los estudios de grabación de Hollywood, tenía la esperanza de ver allí a algún famoso. Por mucho que intentamos disuadirla de aquella idea no logramos que cambiara de opinión, el lugar quedaba relativamente lejos y ni Liam ni yo teníamos ganas de conducir hasta allí teniendo tantas cafeterías cerca de nuestro hogar.

El lugar estaba un poco concurrido pero aún así pudimos hacernos con una mesa en la parte exterior.

Una chica se acercó a nosotros para tomar el pedido sin embargo estaba más pendiente de Liam que de escribir en su libretita lo que mi amiga y yo le pedíamos.

-Hey -Sam llamó su atención -No quiero interrumpir el banquete que te estás dando pero si dejaras de comerte con la mirada a mí amigo a lo mejor te darías cuenta de que la chica frente a mí es su novia y no creo que quieras tener problemas en tu lugar se trabajo.

Liam soltó una risa al ver la cara de espantada de la camarera.

-Qué di... -quise reclamarle su mentira pero la pelirroja me dió un golpe con su pie por debajo de la mesa que hizo que me callara.

Me miró con una mirada de esas de "Vamos a divertirnos un poco". Le devolví la mirada arqueando una ceja. ¿Por qué tenía que divertirse de esa forma?
Aunque sabía por qué lo hacía, y no podía evitar pensar que su forma de tratar de juntarnos a Liam y a mí era un poco retorcida.

-Bueno mi amor que vas a pedir -les seguí el juego e inmediatamente Liam me miró perplejo. La chica agachó la mirada avergonzada y mi amigo no perdió la oportunidad de continuar con nuestro jueguito.

-¿Puedo pedirte a tí? -preguntó con picardía acercándose peligrosamente a mi boca.

Imité su acción y le respondí con una media sonrisa:
-A mí me puedes pedir cuando quieras

I BET MY LIFE ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora